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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Por: Mónica Delta, PeriodistaAutor: Gonzalo Pajaresgpajares@peru21.com

Su rostro nos acompaña desde los 80. Hoy conduce un noticiero, un programa político, está en la radio y, desde esta semana, escribe una columna en Perú21. Lo invitamos a leer todos los jueves a Mónica Delta.

¿Extrañas ser reportera?De vez en cuando me provoca estar de nuevo en la batahola, pero una ya no tiene la misma energía. Pero yo no cambiaría esa etapa por ninguna otra experiencia. La mejor base para un periodista, para su mejor visión de las cosas es haber caminado por las calles, haber ido a los huariques, haber recibido palo, haber estado en situaciones de violencia. Empezar de abajo ayuda.

Fuiste una reportera cercana al poder…Sí. Sabes, si me hubieran dado a escoger, hubiese decidido no estar al principio tan cerca del poder. Pero no tuve opción. Llegué a Panamericana y me mandaron a Palacio.

¿El poder te atrajo?Primero, me sentí desorientada porque no lo tenía previsto. No venía de una familia a la que le interesase la política. Luego, el poder me sedujo. Después volví a sentir que es mejor no estar cerca de él para ver las cosas de forma ecuánime, tranquila. El periodista debe estar cerca del poder para mirar las cosas; lejos para criticarlas. Estuve muy cerca del poder. Mi educación política la hice en Palacio de Gobierno.

Te tocó estar cerca de Belaunde y de Alan García…Más allá de sus errores, de sus responsabilidades al gobernar, siempre era interesante escucharlos, uno aprendía muchísimo. Llegué a tener una buena amistad con Violeta Correa, quien era una persona muy pegada a la tierra, que manejaba muy bien la política.

Nores tenía otro estilo. Nadine está más cerca de Correa.Yo tengo una muy buena opinión de Nadine. Violeta tenía más experiencia y sabía en qué momento debía aparecer; trabajaba mucho tras bambalinas y conocía los avatares políticos, fue el punto de apoyo de Belaunde. Me hubiese gustado que Pilar interviniese más en el primer gobierno de García. ¿Sabes por qué? Porque la considero ecuánime y muy preparada. Si García le hubiese hecho caso, habría cometido menos errores.

¿Pilar le daba consejos a Alan?Creo que sí, pero siempre en el ámbito personal. Lo digo por mi experiencia de trabajo en Palacio. A veces, ella lo cuadraba… y qué pena que él no le hiciese tanto caso (ríe).

Alan coquetea con todas las periodistas que lo entrevistan…Bueno, siempre ha sido coqueto. Y ahora que tiene las riendas sueltas ha podido mostrarse como un seductor empedernido, pero no ha cambiado (ríe). El poder seduce. Pero cuando ya lo conoces, te das cuenta de que solo es un instrumento más.

Ahora escribes una columna de opinión en Perú21…(Ríe). Me da roche. No me creo la dueña de la verdad, pero escribir me atemoriza porque soy muy exigente conmigo misma. Y creo que tengo derecho a opinar por la experiencia. Desde reportera ya quería opinar, pero no podía hacerlo. Después del golpe del 5 de abril, en Caretas me mandé y di mi opinión crítica. Me suspendieron unos días en Panamericana. No me botaron porque iba a ser muy rochoso.

El Perú es un escenario que se presta para la opinión…Sí. Quizás porque cada vez hay más indiferencia, menos justicia y más impunidad. Esta sensación hace que todos quieran levantar la voz. Ahora, no creo que los periodistas hagamos que las cosas cambien o influyamos mucho en la gente: las elecciones lo demostraron. El periodista muestra las cosas, quien decide es la audiencia. Eso sí, hay que argumentar de forma inteligente para que la gente te escuche.

En una entrevista a los Añaños leí la siguiente frase: "Si le das razones a la gente, esta saca conclusiones; si le das emociones, esta toma decisiones".Muy interesante. Antes que periodista, soy mujer. Y creo que la sociedad peruana aún está a años luz de ser una sociedad igualitaria. Voy a tratar de representar la voz de una mujer profesional, madre, a la que han atacado sin piedad, pero que tiene voz y tiene voto.

¿Se nos vienen cinco años terribles?Humala tiene buenas intenciones, pero políticamente es súper ingenuo. Cree que apelando al diálogo todo volverá a su nivel, pero se necesita mucho más: liderazgo y un rumbo claro, determinado, coherente; no se puede tener un gabinete con visiones tan distintas del país. A Humala le falta equipo y coherencia. La ausencia de liderazgo se grafica en estos ejemplos: Dijo que Chehade debía dar un paso al costado… y allí está. Dijo "Conga va"… y las operaciones se han suspendido.

Aldo Mariátegui les ha aconsejado a los jóvenes irse del país.Yo creo que hay salidas, tenemos presente y posibilidades… veremos si tenemos futuro, pero nunca le voy a decir a un peruano que se vaya del país. Yo soy peruana y me quedaré aquí a pelearla.