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Redacción PERÚ21

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Roberto Lerner,Espacio de crianzahttps://espaciodecrianza.educared.pe

Me dice que su suegro, Eliahu Kehati, le dio un artículo para mí. El profesor Kehati, mi tutor en el último tramo de la secundaria, dejó en mí una huella profunda. Me enseñó a preguntar, a cuestionar e ir más allá de las evidencias, de la superficie.

Pero, sobre todo, plantó el deseo de lograr que otros, o por lo menos algunos, sintieran lo mismo que él me hizo sentir en ese vínculo tan especial, en esa aventura tan singular como la que es el proceso educativo. Me convirtió en maestro, a pesar de que no estudié pedagogía.

Ironía del destino: el texto que tengo en mis manos tiene que ver con La muchedumbre solitaria, de David Riesman. Revisito, 45 años después, un tema que ya habíamos debatido en clase con él, junto con el Miedo a la Libertad, de Fromm, que sigue siendo relevante, visto ahora bajo la óptica de las relaciones virtuales y las redes sociales.

¿Por qué ironía? Pues, el yerno, un maestro que viene de ingeniería y el pupilo, que viene de psicología –trayectos que, seguramente, algo tuvieron que ver con las huellas que dejó la misma persona– se disponen a coordinar con otro colega y un equipo de Interbank, la culminación de la convocatoria a la sexta edición de 'Maestro que deja huella', que busca, y encuentra, a docentes peruanos que hicieron algo por sus alumnos y por la comunidad educativa en general. Lo mismo que 45 años después, aún perdura en mí, con la fuerza de siempre.