notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Adolfo Guevara,Opina.21aguevara@peru21.com

Existe una falta de cierre en una estructura, lo que ocasiona que quede un orificio anormal entre las dos cavidades en la que ingresan los órganos que normalmente están en la cavidad abdominal, dependiendo del tamaño del defecto. Generalmente se puede diagnosticar en el embarazo, con un buen estudio ecográfico, lo que permite estar preparado para afrontar la emergencia inmediatamente después del parto, pues si el defecto es grande, puede producir un colapso en la función pulmonar del recién nacido al momento en que este empiece a respirar. Si el defecto es pequeño, produce ciertas molestias, dependiendo de qué órganos intrabdominales se introduzcan. En ocasiones alguno de estos se puede estrangular y se necropsa (muere) el tejido comprometido en el saco herniario. Felizmente, la frecuencia de este cuadro es de uno por cada 2,500 nacidos vivos.