Foto: Martín Pauca.
Foto: Martín Pauca.

Redacción PERÚ21

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Lucía de la Puente,GaleristaAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

A las 7 p.m., en la Plaza de Armas, se inicia la Semana del Arte, evento multidisciplinario que convoca a los principales museos y galerías de la ciudad. La galería Lucía de la Puente (Sáenz Peña 206, Barranco) se une a las celebraciones inaugurando una estupenda muestra del artista Jorge Piqueras (miércoles, 7 p.m.). Vea el cronograma de actividades en www.lasemanadelarte-peru.com

¿Es verdad que antes de ser galerista fuiste ama de casa?Es verdad (ríe). Tomé clases de escultura con Margarita Checa. Pero llegó en momento en mi vida en que decidí hacer lo que me gustaba y eso estaba vinculado al arte. Empecé sola, dando consultorías. Fui creciendo, hice mi primera galería y, luego, nos trasladamos a este espacio generoso (su galería), que nos obliga a trabajar más (ríe).

¿Cómo te empezaste a vincular con los artistas?Desde siempre. Recuerda que una de mis hermanas es artista, que a mi casa siempre llegaban artistas, críticos y galerías –Carlos Rodríguez Saavedra fue uno de ellos, un galerista de lujo–, y yo tomé algunos cursos libres en la Católica, sobre todo de Historia del Arte, que era lo que más me interesaba. Puedo decir, a mucha honra, que soy autodidacta.

Hay un fuerte elemento empresarial en ti…Soy una mezcla: me apasiona el arte, tengo instinto y hago que los números me funcionen. Sin embargo, mi mayor preocupación es que la muestra quede bien. No todo es negocio (ríe).

Te ha costado decir la palabra negocio…No quise usarla porque, para mí, lo que hago es una forma de vida. Mi mayor motivación, mi mayor placer está en sorprenderme con cada exposición, en ver cómo se transforma la galería con el talento del artista.

Varios de los mejores artistas locales trabajan contigo. ¿Cuál es tu secreto?Hay intuición y buena conexión. Priorizo la relación personal, si no me llevo bien con un artista no podría trabajar con él, por más que sea talentoso.

¿Te dejas llevar por el mercado al elegir a tus artistas?Lo he evitado. Las modas son inevitables y no siempre justas. Por eso, algunas de mis muestras no son comerciales, y las hago por mi admiración hacia el artista. Este poder, aunque no siempre lo ejerza, me seduce. Por otro lado, estoy depurando mi catálogo. Tenía demasiados artistas, y algunos que antes me apasionaban ya no lo hacen más. De paso, trabajo mejor con los que tengo y les abro un espacio, aunque sea pequeño, a otros. En la galería hay una Sala de Proyectos Especiales, que es un laboratorio que me da libertad y la posibilidad de mostrar el trabajo de gente joven. Aquí hay muy buenos artistas, lamentablemente, no me puedo dedicar a todos.

Entonces, Fernando de Szyszlo está equivocado cuando dice que son malos tiempos para el arte peruano…No sé en qué contexto dijo eso. De Szyszlo es un maestro, pero es su opinión.

Dejemos de lado a De Szyszlo. Entonces, sí son buenos tiempos para el arte peruano.Sí. Y acá lo demostramos con frecuencia. Cada vez hay más galerías –aún insuficientes– pero que muestran cosas interesantes. Y, obviamente, la gente misma está más interesada en el arte peruano.

¿Cómo está el mercado?Creciendo. Además, la gente tiene una mejor educación visual y hay un mayor interés en el Perú, interés que comienza con la gastronomía, pero que la trasciende y se traslada a la cultura, a la moda. Por otro lado, nuestros artistas van ganando un nombre fuera: Fernando Bryce, Sandra Gamarra, etcétera. Sé de curadores importantes y público que viene al Perú sobre todo a ver arte.

¿Cada año que pasa facturas más?Los años que han pasado han sido buenos. La bonanza económica se nota en el mercado del arte. No hay cifras oficiales sobre cuánto dinero mueve el arte aquí, es un secreto muy bien guardado (ríe).

¿Tu galería vende algunos millones?Me gustaría. Podemos haber llegado al millón; pero millones, millones, no sé (ríe).

¿Se está viendo aquí al arte como un buen terreno para el dinero de los inversionistas?Sí. Pero yo siempre digo que una obra de arte debe ser comprada porque nos gusta, no para especular y ganar dinero.

Una colección no es una acumulación de obras. ¿Tenemos buenos coleccionistas?Sí. Está pasando. Hay varias colecciones estudiadas, bien cuidadas, conservadas. Ya no se piensa en el arte solo como algo decorativo. Coleccionar arte no significa reunir figuritas, hacer checks en una lista de artistas y decir: este ya, este ya, este todavía. La colección debe tener el sello del propietario, no en vano seleccionó las obras.

AUTOFICHA

- Mi galería tiene una Sala de Proyectos Especiales, la siento como un deber. Existe para darle espacio a las expresiones del arte contemporáneo, a las no comerciales.

- Las galerías vivimos de nuestro stock, de nuestro catálogo, no solo de las exposiciones. Mi stock es importante, pero, aún así, lo siento pequeño (ríe).

- A fin de año espero abrir un hotel boutique. Estará al lado de mi galería, en Barranco. Cada seis meses lo transformaremos gracias intervenciones artísticas.