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Redacción PERÚ21

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Pedro Salinas, El Ojo de MordorHuachafo. Así les llamó. Guardianes socráticos. Como si los militares fuesen custodios de verdades morales o filosóficas, o qué sé yo. Otorgándoles un aura de superioridad ética y un halo mesiánico. Encima lo dice como preámbulo de un rosario de paparruchadas, en el día del Ejército, y horas antes de nombrar como premier a otro ex militar. Y ya saben. Sonó a que Humala se preparaba para militarizar el país. Menudo espectáculo.

A ver. Podemos coincidir en que hay que rescatar a las fuerzas del orden para que se ajusten a su función constitucional, y esas cosas, pero todo lo que dijo luego fue pura marrullería barata.

Para comenzar, la sola idea de "revisar el tema del voto a los militares y policías" es un despropósito por donde se le mire. Pero no. Humala no lo ve así. Cree que el voto militar-policial politiza. Contamina. Que es malo para los uniformados, o sea. Y olvida que aquello, tras muchos dimes y diretes, fue una conquista. La instauración de un derecho que no tenían. Un acierto, si no quedó claro. Porque antes de ello, los militares y policías, al no ejercer dicho derecho, eran en la práctica ciudadanos de segunda clase. Algo así como aquellos seres infrahumanos que inventó H.G. Wells y bautizó como morlocks.

En todos estos años, por lo demás, en los que hemos atravesado diversos procesos electorales, ha quedado demostradísimo que las campañas proselitistas jamás llegaron a los cuarteles, que era el temor de los críticos a esa reforma. Jamás. Y si echamos un vistazo a los países democráticos, constataremos también que el voto militar y policial camina muy bien. Por lo que, intentar desheredar de este derecho fundamental a los señores de uniforme, además de un ultraje sería un retroceso para la democracia peruana. Digo.

En cuanto al servicio militar obligatorio, igual. Volver a prácticas discriminatorias y esclavistas no es un planteamiento democrático, sino una aberración. Otra vez, retroceder.

Lo que no deja de llamar la atención es que, quien se alzó en una rebelión con pretensiones políticas, e incursionó en campañas y candidaturas, y ahora es presidente del Perú y de un partido, venga ahora con el cuento de la "despolitización". Que no joda, vamos.

Por último. Sé que a veces las palabras las carga el diablo, ¿pero qué es eso de que "el soldado es como un sacerdote (y) está más allá del bien y del mal"? Si lo hubiese dicho Isaac Humala o Antauro o Hugo Chávez, qué quieren que les diga, no me habría detenido ni dos segundos en el asunto. No sería raro en ellos. Pero que lo proclame como una verdad de a puño el jefe de Estado, eso sí me preocupa un poquito. O un huevo, para ser honestos.

Los soldados o los policías o los sacerdotes no son ni más ni menos que el resto de los mortales. Todos somos iguales y tenemos los mismos derechos, de acuerdo a la Constitución. No hay ciudadanos de primera y de segunda, es decir. O de quinta, que también. Y eso es algo que debe tener clarísimo un presidente. ¿O acaso nos está gobernando un cachaco?

Ya lo dijo Arturo Pérez-Reverte: "La estupidez, sobre todo cuando está aliada con el poder, es una mezcla letal". Bush era un ejemplo viviente de ello, recordarán. Humala pareciera querer transitar el mismo camino. Aunque yo quisiera creer que no.