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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Nos gusta ir al restaurante La Cúpula del hotel Sheraton porque allí, en la estación de ensaladas y entradas frías, siempre hay buenos makis a la vista y, lo mejor, al paladar. Son nuestro vicio, y siempre hay más y más.

Pero la experiencia no se queda allí. El carpaccio de lomo está tan bien cortado y servido que devorarlo siempre es una sutileza llena de carácter. El pulpo al olivo es correcto, las ensaladas abundantes y bien provistas, y la mesa de piscos, si usted sabe elegir, le resultará grata.

La carta ha sido reducida –lo cual ahora se agradece más y más, sobre todo en busca de la excelencia– pero renovada. Nosotros probamos una corvina con una salsa de langostinos (mientras dure la veda de camarón) que nos alegró el día.

Y hay más. El lugar es famoso por su Rodizio, esa fiesta de la carne y de la gula por la que bien vale la pena darse una vuelta al Centro de Lima (y volver). A nosotros nos sirvieron nueve diferentes tipos de carnes, que incluían calamares, verdaderos langostinos jumbo, chorizos, pollo, asado de tira, lomo de res, angus beef, asado de tira y picaña. Su precio: 99 soles por persona. Todo bien acompañado por buenos malbec argentinos que se pueden pedir por copa. Los postres son otra grata sorpresa.