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Redacción PERÚ21

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Mercedes Aráoz,Al.mercadomaraoz@peru21.com

Una de las preocupaciones en América Latina es la desconexión entre la demanda por recursos humanos productivos y su formación educativa, la cual debe ser prevista en cualquier intento de reforma. En muchas regiones donde la minería, la agricultura o la energía son una fuente de empleo, los centros e institutos tecnológicos no capacitan para atender a estos sectores, sino que prefieren formar a los jóvenes en materias que no contribuyen al desarrollo y los mantienen en el desempleo. En la región existen casos de estrategias públicas y privadas que podrían implementarse en el Perú. En México, la Secretaría de Trabajo tiene, por ejemplo, un extenso programa de formación laboral para la empleabilidad de los jóvenes de acuerdo con las capacidades de captación de sus regiones y empresas. En Colombia, un programa de asociación público privada maneja el esquema de formación laboral con relativo éxito. En el Perú también hay experiencias públicas y privadas que han demostrado ser efectivas, pero se debe incrementar la competitividad.