Acudir a un espacio nuevo, lejos del seno familiar, es siempre complicado para los niños. Hay varios que logran superar el trance fácilmente, pero a muchos les cuesta. "No es cuestión de comprarles útiles, ponerles el uniforme y mandarlos al colegio. Hay todo un proceso", señala la psicóloga Sandra Andrén. Dicho proceso arranca en la adaptación a los nuevos horarios, las nuevas obligaciones y las nuevas personas.
Por ello, los padres deben prepararlos para que tengan una transición manejable y, así, evitarles el shock. "La actitud de los padres es importante. A veces dicen «uy, ya comienzan clases», con un tono amenazador, como si fuera un castigo. El colegio no debería ser un espacio temido", anota la especialista. Es normal que el niño sienta mucha angustia los primeros días, pero no es razón para retirarlo del colegio o permitir que falte a clases. "Es un mal mensaje. Hay que enseñarles a encarar las situaciones. Los padres, mas bien, pueden ayudarlos si hablan con los profesores y conocen mejor el entorno escolar", dice Andrén.
Asimismo, los padres deben acompañar a sus hijos todo el año académico e involucrarse en su desempeño. "El colegio no debería ser un punto de discusión, sino un punto de encuentro. Hay que dialogar", anota la psicóloga.