El artífice. Mosquera trazó un plan de altura y le resultó. (Leonardo Fernández/USI)
El artífice. Mosquera trazó un plan de altura y le resultó. (Leonardo Fernández/USI)

Redacción PERÚ21

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CUSCO.– A Roberto Mosquera se le juntó todo de golpe. El triunfo de su equipo, el recuerdo de sus padres y la altura, que lo afectó más a él que a sus pupilos. El DT tuvo un cuadro de hiperventilación y se desvaneció al final del partido, aunque nada le impidió celebrar la victoria.

"Hicimos un partido fantástico. Fue una lectura muy clara de mis jugadores. Dentro de poco no van a necesitar de mí, voy a tener que buscar otro oficio. Ellos desarrollan lo que yo pienso, pero tienen inteligencia propia y actúan por sí solos. Fue un partido bien planteado, con un equipo muy disciplinado", resumió el DT.

Mosquera, de 55 años, se quebró al recordar a sus progenitores. "Esto también va para mis padres, que partieron antes. Aquí, a casi tres mil metros, me siento cerca de ellos", señaló antes de cortar una entrevista para tranquilizarse.

"Dio la sensación de que podíamos jugar varios tiempos y no iba a pasar nada. Mis jugadores deben de tener chinchones en la cabeza por todo lo que sacaron", finalizó.

CARAS FELICESBastaba pisar el camarín celeste para encontrar el epicentro de la felicidad. Los jugadores lo expresaron así.

"Sacamos una ventaja importante. Todos decían que no se podía ganar en Cusco, pero rompimos el esquema. Va para todos los hinchas que vinieron a apoyarnos", dijo el portero Erick Delgado.

Junior Ross habló de su gol: "Solo me quedó darle fuerte. Es lindo hacer un gol en una final, pero queda la vuelta".