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Redacción PERÚ21

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Por: Fritz Du Bois, La opinión del directordirector@peru21.com

En primer lugar, el consumidor peruano claramente no siente temor por la eventualidad de que se agrave la crisis internacional o por las indefiniciones que se dan en la política nacional. Está gastando aceleradamente y con entusiasmo por lo que, sin duda, vamos camino a un récord en las ventas de navidad. Qué lejos parecen haber quedado las elecciones y los temores que llevaron a una fuerte caída en los niveles de confianza durante la campaña.

Diferente es la situación del empresariado, el cual está bastante más preocupado, y la velocidad en el incremento de la inversión privada es la mitad de lo que era a comienzos de año, reflejando el hecho de que las expectativas empresariales, pese a que se están recuperando luego de su colapso, aún están muy lejos del optimismo desbordante que tuvieron los últimos años.

Por otro lado, no es extraño que le tome tiempo al sector privado acostumbrarse a un cambio que se anunciaba como dramático. Pero ante el riesgo de un mayor deterioro externo, lo adecuado para el gobierno sería tratar de recuperar rápidamente el mayor nivel posible de confianza para asegurar que el crecimiento se mantenga alto.

Si bien temas como Conga, que generan tanta incertidumbre, no se van a solucionar de inmediato, sí podrían ser neutralizados, por ejemplo, con un programa claro y ambicioso para asociaciones público privadas, las cuales actualmente están paralizadas. Incluso, concursos ya otorgados están encarpetados porque el ministro a cargo no cree en el rol del capital privado.

Por ello, creemos que si el gobierno entrega en el corto plazo una decena de concesiones no solo reducirá la brecha en infraestructura sino también dará la señal de estar fomentando la inversión y eso ayudaría a recuperar el entusiasmo.