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Redacción PERÚ21

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Gianfranco Castagnola,Al.Mercadogcastagnola@peru21.com

Las nefastas políticas de los 70 y 80 destruyeron nuestra economía, pero también el Estado. En los 90 se inició la reconstrucción de la primera, con nuevas reglas de juego que promovieron la inversión y la competitividad, apoyadas en algunas islas de modernidad dentro del Estado, como el BCR, el MEF, la Sunat y los organismos reguladores, que acompañaron de manera adecuada el crecimiento económico dinamizado por la inversión privada. Pero, lamentablemente, los gobiernos han hecho poco o nada para modernizar el resto del Estado. Esta falencia institucional no solo resulta en deplorables servicios públicos, como salud, educación y seguridad interna. En materia deportiva, en estas Olimpiadas hemos constatado las enormes distancias que nos separan no solo de los países desarrollados, sino también, con sana envidia, de otros más cercanos, como Colombia. No existe planificación, focalización, captación de técnicos que apliquen sistemas de avanzada en la preparación de los deportistas, programas sostenibles de becas, etc. Y todo ello es gestión pública.