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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Un minúsculo diario limeño –minúsculo en todo el sentido de la palabra– anunciaba, con grandes letras en su portada, que Estados Unidos atacaría a Irán, y acompañaba el anuncio con la foto –rara por cierto– de un Barack Obama iracundo. Me sorprendió que tamaña noticia no hubiese aparecido ni en Le Monde, ni en el New York Times, ni en El País, ni en Página 12, que temprano había "hojeado" por Internet, y me pregunté el porqué de semejante portada.

Sabemos que los titulares catastróficos obedecen a dos motivos: vender más o defender una causa. No creo, sinceramente, que el tema Irán movilice la emoción de la mayor parte de los potenciales compradores: no es información local, y los pocos que siguen con interés el altercado iraní suelen acudir a Internet o a publicaciones que cubran más ampliamente el panorama internacional. Infiero, por lo tanto, que dicho titular estaba dirigido a la embajada israelí, cuyo país vería con beneplácito que dicho ataque se produjera.

Sentí, con ese titular, un vientecillo de globalización en los negocios mundiales que llega hasta rincones alejados como nuestra América del Sur y que desde aquí, de alguna forma, se pretende interpretar de qué lado estamos. En realidad, lo que ha propuesto ahora EE.UU. son nuevas negociaciones. Los malos resultados obtenidos por el actual presidente iraní en las últimas elecciones disminuyen su poder, y el supremo líder de Irán, el ayatola Alí Jamenei, ha insistido en que Irán "nunca ha buscado ni buscará armas nucleares" pues las mismas, por destructividad y por afectar a tantos inocentes, burlan las enseñanzas del Corán.