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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Mauricio Mulder,Pido la palabraEstamos acostumbrados, con respecto al debate político nacional, a tener las reacciones de una PHM (prensa histérica y mermelera) y de un tinglado de PBA (políticos brutos y achorados). Pero esas actitudes nos suscitan más bien hilaridad y burla, y no pueden ser, por tanto, relevantes para dedicarles más de dos líneas. Basta con decirles: "Cállense la boca y pónganse a estudiar, que bien lo necesitan".

Merece sí, en cambio, dedicar un par de minutos a analizar la extravagante argumentación con la que algunos enfilan sus baterías contra Alan García y el Apra, los cucos de todos sus desvelos, manifestando que aquel debe ser acusado por… firmar una ley.

Congresistas que presentan proyectos de ley para crear el 'día del arroz con mango' pretenden acusar al expresidente por emitir una norma que sacó de las ruinas a decenas de centros educativos y darles a los niños del Perú escuelas públicas que no tienen nada que envidiar a la más cara y lujosa educación privada. Si un político va a ir preso por darles a los niños educación de alta calidad con limpieza, seguridad, laboratorios, Internet, canchas modernas y material educativo, diré entonces que aquí están mis muñecas para que me enmarroquen y me lleven preso. ¡Gran honor que me dispensarían!

Solo mentes afiebradas por el odio y la envidia son capaces de elucubrar tamaña barbaridad. No, no era necesario ni urgente rehabilitar colegios ruinosos, sin baños, sin carpetas, sin áreas recreativas, sin laboratorios. No, no hubo crisis económica mundial en el 2009 y, por tanto, no había que promover inversión pública para dinamizar la economía. No, tampoco había que buscar mecanismos urgentes de selección porque el Estado peruano es eficiente, rápido, honesto y cumple siempre sus plazos y sus procedimientos. No, no hacía falta exonerar de SNIP ni de licitación esas obras porque, en el Perú, el que pierde una licitación jamás la impugna judicialmente ni paraliza con un amparo toda obra iniciada. Todos respetan el resultado.

Como no pueden hacer sindicaciones directas, ni siquiera sospechosas, dicen hoy que "bajo el amparo de la norma"… "se habrían" cometido irregularidades. ¿Whaaat? O sea que, como hay gente que comete evasión tributaria, hay que meter presos a quienes expidieron las leyes tributarias porque el delito se cometió "bajo su amparo". Sacar leyes para que un poderoso grupo económico aportante de la campaña de un partido con muchos congresistas no pague ni impuestos ni deudas, eso no. Eso sí es legal. Presentar proyectos para que los casinos no sean fiscalizados o se prorrogue la importación de vehículos usados, con el zar de los casinos y los reyes de la importación arengando en las galerías del Congreso, tampoco es ilegal ni mucho menos. Y muy legal y muy moral es, también, usar a tus empleados del Congreso para hacer desalojos y apoderarte de inmuebles ajenos. Digno de aplauso, sin duda.

Pero no nos engañemos. Así ha sido siempre la política peruana. Ingenuos de marca mayor seríamos si nos causara sorpresa que existan el odio visceral, el revanchismo y la ignorancia en nuestra vida pública. Pero también sabemos que esos 'moralizadores' pacotilleros (¿recuerdan?) acaban hundidos en el más grande de los descréditos sociales, mientras los depositarios de sus odios e imprecaciones terminan regresando en olor de multitud.