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Redacción PERÚ21

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Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

El último fin de semana, los estadios de fútbol estaban llenos (en el Bernabéu se registraron 74 mil espectadores y la entrada más barata cuesta 55 euros), igual que los restaurantes, bares y cafetines.

El fin de semana anterior –que fue largo–, 6 millones de españoles se movilizaron en avión. En las elecciones autonómicas de Galicia, el Partido Popular ganó con mayoría absoluta pese a los protestados recortes impulsados por su líder, Mariano Rajoy; aunque los nacionalistas vascos obtuvieran un histórico 60% de los votos.

Pero tampoco la crisis es puramente mediática, como sostienen algunos optimistas: el número de los "nini" (jóvenes entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan) se sigue incrementando aceleradamente y llega al 23% del total y al 35% en el caso de los inmigrantes. Por otra parte, el viernes 19, la Policía desactivó una enorme red de tráfico de divisas (lavado de dinero) que ha sacado del país centenares de millones de euros de desconfiados empresarios españoles.

Este suceso ha llevado a Rosa Montero a sostener lo siguiente en su columna de El País: "¡Ahora resulta que la culpa es de los chinos! (…) Ni el frenesí financiero ni la burbuja del ladrillo ni las tropelías políticas son responsables de esta asquerosa crisis: fueron ellos, los chinos, reconocidísimos villanos desde Fu Manchú", y pasa a citar a su asistenta (obviamente se trata de su empleada doméstica, pero aquí lo políticamente correcto es llamarlas "asistentas"), Julia, nacida en el Perú: "Ah, esto es como en mi país: cuando las cosas van muy mal, sacan una de estas noticias para que la gente se olvide de sus problemas".

Pese a todo, el ciudadano de a pie dice: "Nosotros no somos Grecia"; pero no escuchan cuando en Italia dicen: "Nosotros no somos España".

Al parecer, una vez más, África comienza en los Pirineos.