El contrabando ‘hormiga’ es un problema social. (USI)
El contrabando ‘hormiga’ es un problema social. (USI)

Redacción PERÚ21

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La región Puno no solo se caracteriza por alto movimiento comercial, la minería ilegal, el intenso frío que mata a muchos niños pobres o las grandes protestas aimaras contra la inversión. También el contrabando ha convertido a esta región, prácticamente, en una tierra de nadie.

Un reciente informe de El Comercio dio cuenta del contrabando en ese departamento fronterizo con Bolivia y con Brasil que recorre carreteras y navega en equipos de alta potencia a pocos metros de los puestos policiales.

El contrabando, ilegal en todas sus aristas, proviene desde Bolivia, Brasil y Chile y abastece los mercados de Juliaca (principal emporio comercial) con televisores y computadoras de última generación, licores a mitad de precio. Ante ello no hay efectividad de la policía para combatirlo.

Este diario, por ejemplo, constató, en la misma zona, que en la capital comercial de la región altiplánica, las cabinas de internet están atiborradas de computadoras modernas con monitores de 32 pulgadas y pantalla plana, todo por S/. 0.50 la hora.

Pero Puno es más que eso. El contrabando permite armas, teléfonos satelitales, informantes con grandes recursos tecnológicos y logística para evadir la débil acción del Estado.

Las camionetas de incautación no pueden enfrentarse a diario a los tráileres de la mafia o a las inmensas caravanas o "culebras", como les dicen, de hasta 100 camiones que desfilan a diario por las vías de esa región. Sus gestores y guardianes van provistos de todos los elementos para evadir los operativos policiales. Hay mucho por hacer en esa región.