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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois, La opinión del directordirector@peru21.com

Así que no era Conga ni la situación del comunero en lo que estaban interesados. Era, simplemente, el temor –ante los delitos que habían cometido– a ser acusados.

Más aún, la conciencia sucia es segura en sus casos, ya que ellos han azuzado a la población, lo cual degeneró en destrucción y significativo daño que era totalmente innecesario. En realidad, los trabajos en la mina pararon desde el primer día y la Policía se mantuvo al margen. Por lo tanto, se pudieron haber llevado a cabo todas las marchas pacíficas que quisieran sin desmanes. No había necesidad de enfrentamiento al no tener los manifestantes un contrincante.

Sin embargo, ha sido evidente que ellos, como líderes de la protesta, estuvieron en todo momento buscando una confrontación, esperanzados en que, si se producía otro 'Baguazo', su futuro político estaba asegurado. Felizmente no hubo víctimas en esta ocasión, pero sí perdidas de consideración, aparte de haber intimidado a la mayor parte de la población, a la que tuvieron, en la práctica, secuestrados.

Por otro lado, al rechazar el acuerdo con el Gobierno les están negando a los habitantes de la región la posibilidad de que se mejore –a su satisfacción– un proyecto minero que, aparte de empleo, les debería dejar miles de millones de soles en impuestos. Además, cerraron la puerta a la oportunidad de acordar con el Gobierno Central un plan de desarrollo regional que incluya inversión tanto en infraestructura vial como en el aspecto social.

Al final priorizaron su búsqueda de protección legal, así como su agenda política radical, y nunca les interesó el bienestar del ciudadano. Así que, en el paro, los cajamarquinos resultaron ser los grandes perjudicados.