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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Primero fue el presidente del Congreso quien, en una entrevista con este diario, dijo que Fujimori no tenía que estar moribundo para acceder a un indulto humanitario y aunque al par de días quiso 'aclararlo', el tema que hasta ese momento no se había tocado fue avivado.

Inmediatamente después llegó una de las raras ocasiones en las que el presidente Humala se digna a responder a los medios de comunicación y tratando de quitarle el cuerpo al espinoso indulto, dijo que nadie se lo había solicitado. Con lo cual a la familia no le quedó más que plantearlo.

Luego llegó el lado del aspirante ha indultado que ingresó a la senda de los errores circulando fotos que no cayeron bien con los ciudadanos, seguidos por un autorretrato en el cual parecía que el expresidente se estaba disculpando. Culminando con la presentación del plano de su prisión, que lo único que hizo fue resaltar que frente a la situación de cualquier otro recluso Fujimori tendría un trato bastante privilegiado.

Sin embargo, ahí no termina el derrotero de las equivocaciones; en reacción a la queja sobre las instalaciones penales de Justicia se 'filtró' a tres medios oficialistas fotos del local para demostrar que vive con 'toda comodidad'. Pero lo único que lograron fue perder la imparcialidad que tendrían que demostrar quienes están a cargo del sector y que deberían opinar del indulto con objetividad. Ahora esto último no parece posible a la luz de las maniobras que han realizado.

Más aun, redondeando una faena en la cual no han reflexionado, le han prohibido a Fujimori ser entrevistado retornándolo en un solo acto a la condición de víctima y de maltratado, devolviéndole la iniciativa que –por sus propios errores– había extraviado. Seguiremos presenciando.