Carlos Testino ha trabajado para Donald Trump. El multimillonario es un sibarita que consigue los mejores ingredientes del mundo y exige que sean perfectos en un plato. Testino nos cuenta que, con él, mal no le fue. Luego, ya en el Perú, trabajó con Pedro Miguel Schiaffino, ese cocinerazo.
Pero decidió lanzarse a la aventura de tener el restaurante propio. Se asoció con Alfredo Aramburú y abrieron Lima 27, uno de los lugares de moda hoy en Lima. Y lo merece: sus platos tienen técnica y sabor; su barra, cocteles gustosos, variados; su cava, grandes vinos, del Nuevo y del Viejo Mundo, y su arquitectura sabe ser contemporánea y atrevida, sin ser kitsch.
Y, como si fuera poco, junto con los otros restaurantes donde es socio Aramburú –La 73, Cala y Alfresco– acaban de implementar una carta en sistema Braille. Gran iniciativa.
Pero nosotros fuimos a comer y beber. Heber Lagos, el barman, nos sorprendió con un Purple chilcano, que lleva airampyto, una fruta andina colorida y maravillosa. De las entradas nos quedamos con el carpaccio de langosta, aunque Bloody Mary de conchas no tiene pierde. El cordero lechal está tan bien trabajado y presentado que da pena comerlo, pero hay que hacerlo. De postre, donuts y café: un dos en uno.
DATO
Lima 27 está en Santa Luisa 295, San Isidro. Reservas: 422-8915. Atención: De lunes a sábado, almuerzo y cena; domingos, almuerzo.