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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Así, tenemos que, en el último cuarto de siglo, todos los que por ella han pasado han improvisado. Por ejemplo, Andrade hizo la vía expresa de Javier Prado pero, como no iba a llegar con la obra terminada a la elección, no se preocupó por los cuellos de botella que en los extremos se irían creando. Como resultado, en las horas pico, la cola en el 'zanjón' para entrar a esa vía empieza en la Plaza Mayor. Al final, lo único que creó fue un problema adicional que aún espera ser solucionado.

Luego está el Metropolitano, que sufrió años de atraso y sobrecostos innecesarios porque se construía para dar la impresión de estar avanzando sin siquiera saber qué buses se estarían utilizando, por lo que todo fue continuamente modificado a medida que el proyecto se iba diseñando.

Mientras que ayer, finalmente, se sentaron pasajeros en un vagón del Tren Eléctrico –el que más tiempo ha tomado, 26 años para ser exactos, desde que fue ofrecido por Del Castillo–. Si bien solo tiene cinco trenes operando, no deja de ser positivo el que no haya quedado como un monumento al total despilfarro, como muchos habíamos vaticinado.

Sin embargo, la improvisación nunca se deja de lado ya que no hay conexión entre los dos sistemas de transporte masivo, porque el tren termina a 10 cuadras de la estación del Metropolitano. Con lo cual ambos pierden la mitad de su efectividad, y buena parte de los cuantiosos recursos que se han utilizado están, en la práctica, desperdiciados.

En realidad, con esos antecedentes, la arena en La Herradura no sorprende. Más bien, parece ser solo otro fiasco. En todo caso, la pregunta que nos hacemos es hasta cuándo los limeños seguiremos gobernados por improvisados.