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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Felizmente, esta estrategia para llevar a cabo un golpe (de timón) en el Estado no parece estar avanzando como estaban esperando. Al inicio, lo de Espinar se fue de las manos porque el Gobierno se quedó dormido y se cruzó de brazos. Pero ni bien reaccionó y tomó acción encarcelando a los que habían estado azuzando a la población, la situación rápidamente se ha enfriado.

Mientras que, en Cajamarca, el paro tiene toda la apariencia de ser un fiasco pues hay poca participación de los cajamarquinos y, aunque los revoltosos provoquen violencia –como están amenazando–, tenemos la impresión de que, de una manera u otra, va camino a ser un fracaso.

En todo caso, luego vendrán huelgas de maestros, pedidos de algodoneros, otros conflictos mineros y quién sabe cuántos otros reclamos. Por lo que la temporada de disturbios es muy posible que se extienda hasta Fiestas Patrias, y esperamos que el Gobierno esté preparado.

Por otro lado, son estos los momentos que deberían llevar a Humala a reflexionar sobre cómo puede hacer para durar los próximos cuatro años sin que intenten continuamente cercarlo.

En primer lugar, tiene que mostrar resultados rápidamente, lo cual requiere gente que sea competente, especialmente en los sectores sociales. Más aún cuando, como se vio al inicio de la década anterior, los funcionarios que provienen de la izquierda terminan pareciéndose a los futbolistas argentinos que traen a nuestro mercado: rara vez te dan resultado, pero siempre están sobrevalorados. Así que en los puestos claves debería nombrar en función de antecedentes, dejando de lado a los partidarios.

Luego, tiene que reducir su dependencia en congresistas que, evidentemente, tienen otra agenda. Coa, Verónika Mendoza y el mismo Javier Diez Canseco demuestran constantemente que están del otro lado. Difícil entender a un mandatario a quien le gusta caminar al borde del abismo y mantiene a parlamentarios que lo que más quisieran es verlo derrocado. Especialmente cuando no sería complicado encontrar en la oposición 10 o 15 congresistas moderados que asegurarían que el Gobierno pueda seguir legislando.

Al final, es urgente una definición porque la inestabilidad que causa el ver a legisladores oficialistas complotando abiertamente con extremistas está afectando los flujos de inversión y, por lo tanto, está perjudicando a la inmensa mayoría de peruanos.