Esta época del año resulta perjudicial para las personas alérgicas. Las razones son varias. "En primavera y en verano son frecuentes la rinitis, la conjuntivitis, la dermatitis y las urticarias a causa de las variaciones en la temperatura del ambiente, los niveles de humedad y la presión atmosférica, entre otros agentes, que determinan mayor concentración de las sustancias causantes de las alergias, llamadas alérgenos, como ácaros, hongos anemófilos o polen", señala Óscar Barrenechea, director médico de Marketing Pharma de Química Suiza. Otro factor influyente es la contaminación ambiental, ya que puede agravar las reacciones alérgicas. Finalmente, el especialista recomienda que los pacientes cumplan a cabalidad los tratamientos médicos, los cuales, por cierto, implican soluciones multidisciplinarias, evitar el contacto con alérgenos, seguir métodos de inmunoterapia (que ofrece buenos resultados en muchos casos) y nunca automedicarse. Todo con paciencia.