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Redacción PERÚ21

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Fernando Maestre,Opina.21fmaestre@peru21.com

La vida amorosa, más que exclusividad, exige que en los encuentros románticos participe el cuerpo y, fundamentalmente, el falo y la vagina. El tiempo que uno goza con su mujer se vuelve imposible si va precedido de un goce químico. La razón: el goce químico de la droga no incluye la necesidad del encuentro de genitales, como sí es imprescindible en el acto sexual. El disfrute sexual, en algún momento, incluye al amor. Esto lo convierte en intenso, lleno de vida y de larga duración, mientras que un químico aspirado por la nariz no necesita de genitales ni de amor. Como dice Hugo Freda, si se considera que es posible que la droga produzca algún goce, esto hace imposible que, en paralelo, surja el amor. La consecuencia será la aparición de hombres 'SSS' –sujetos sin sexualidad– y que, por más que tengan pareja, la droga que usan apagará el amor y el placer.