notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Con ello, un buen día nos levantaremos y ya no estaremos en el 2012, sino que habremos retrocedido 20 años. Recordemos que, en las décadas del 70 y del 80, las medicinas eran carísimas y escaseaban –un producto de lujo para privilegiados– debido a la protección que recibían las ensambladoras locales, con la cual sus propietarios fueron los únicos que se beneficiaron.

En realidad, pocas veces se ha visto una ley que pueda ser más mercantilista que la que se ha presentado. Es como si hubieran pensado: "Ya que no podemos cerrar la importación de medicamentos (gracias a los compromisos asumidos por los TLC, dicho sea de paso), ¿qué inventamos para obstaculizarlos y hacerlos más caros?". Así, de ser aprobada, tendríamos el absurdo de que cada lote –desde aspirinas hasta productos para el sida– tendrá que ser analizado y aprobado por algún funcionario antes de ser distribuido en el mercado, sin importar que la medicina tenga años circulando en los países más sofisticados.

Peor aún, como los laboratorios del Estado no tienen la capacidad para cumplir con esa labor, entonces pondrán al gato de despensero y delegarán la función en los privados, que son justamente quienes compiten con el producto importado. Por lo que no solo lograrán encarecer a la competencia en el mercado sino que, encima, esta les tendrá que pagar por realizarlo. Realmente maquiavélico el esquema. Será un cheque en blanco para que los laboratorios nacionales, uno de los cuales pertenece a un ministro de Estado, hagan dinero por todos lados.

Sin embargo, el que no estaba en la mesa diseñando este entuerto era el consumidor peruano, a quien le van a clavar un aumento del 30 por ciento en el precio de los medicamentos. Un verdadero escándalo.