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Redacción PERÚ21

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Por: Fritz Du Bois, La opinión del directorSin embargo, al igual que en el pasado, ese ofrecimiento simplemente lo olvidaron al asumir el control del Estado, al cual lo están tratando como un trofeo para las huestes del vencedor, un botín a ser dividido entre los beneficiados.

Es por ello que el aparato estatal es tan ineficiente y precario. La meritocracia es un concepto extraño para el político peruano que cree que tiene el derecho –como si fueran propietarios– a disponer libremente de los recursos que a través de impuestos aportamos todos los ciudadanos.

Más aun, el caso del Congreso es realmente un escándalo, su presupuesto lo fijan directamente ellos –los interesados– amparados en una interpretación muy conveniente de lo que implica la autonomía que tienen como poder del Estado. Así tenemos que en solo 4 años se ha incrementado de 309 a 453 millones al año; tres millones y medio de soles es lo que nos está costando a los peruanos cada uno de nuestros parlamentarios.

Incluso, cuando al resto se le pide austeridad para estar preparados para enfrentar una eventual crisis internacional, el Congreso se va a construir un club de playa porque están muy estresados.

Por otro lado, reparten cargos a cualquiera siempre que sea partidario; si la excongresista Obregón no tiene título, bueno entonces se hace una excepción y si su hija no tiene experiencia de trabajo, bueno igual se le contrata, mirando al otro lado.

Total, en el partido de gobierno no les importa que no cumplan una labor que sea necesaria o de utilidad para el ciudadano, ellos han ganado y pueden hacer lo que le dé la gana con el Estado.