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Redacción PERÚ21

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Guillermo Giacosa,Opina.21ggiacosa@peru21.com

Quien lo haga no podrá realizar negocios con EE.UU. La enmienda, más la duda de los europeos de si seguir o no comprando a Irán los 450,000 barriles diarios que actualmente adquieren, ha elevado más aún el precio del crudo y, por lo tanto, agudizará la crisis que viven la UE y los EE.UU. Se trata de una medida política, supuestamente inspirada por Israel, que algunos analistas consideran como "un múltiple atentado suicida contra sectores enteros de la economía global". Washington había dado a entender que las sanciones contra el Banco Central de Irán no iban a ser aplicadas. Y no lo iban a hacer porque el sentido común indicaba que un aumento del precio del petróleo –en la complicada situación actual– conducirá, inevitablemente, a una mayor recesión global. Solo un grupo de inválidos mentales puede pensar que el retiro parcial de los 2.5 millones de barriles diarios que Irán aporta al mercado mundial no repercutirá dramáticamente sobre la economía mundial. Lo que marca la diferencia con el pasado es que China seguirá comprándole a Irán, y difícilmente Estados Unidos le impondrá sanciones al gigante asiático que lo ayuda a financiar su descalabro económico. Otros países, como Rusia e India, harán lo mismo pues tienen cómo burlar las sanciones de la superpotencia y, por lo tanto, Irán ganará más dinero y Occidente acentuará sus ya duras penurias.