BUENOS AIRES.– El balón debajo de la camiseta de Lionel Messi significa dos cosas. Anuncia que pronto llegará su heredero y advierte que una nueva Argentina ha nacido. Cuatro goles a Ecuador, líderes en la eliminatoria (10 puntos). El Messi más esperado. El del pase, la gambeta y el gol. 'Lío' fue el más retrasado del 'tridente' que completaban Higuaín y Agüero. La razón era sencilla: sacarle el provecho a su habilidad y visión de juego. Y visión tuvo a los 11', en que casi anota con un disparo lejano.
A los 20' se juntó con Di María y este se la pasó al 'Kun', que definió con calma en su cumpleaños 22. A los 30', Messi juntó a Quiñónez y a Noboa antes de pasársela a Higuaín. El 'Pipita' no erró. Para cerrar su gran primer tiempo –en el que Ecuador jamás inquietó a Romero–, Messi tiró pared con Higuaín y metió un zurdazo alto. Allí tomó la pelota y la cobijó. Anticipando su paternidad, presentando a esta Argentina goleadora.
En el complemento, el DT Alejandro Sabella sacó a Agüero y metió a Sosa, pero Messi no frenó. A los 67' apiló rivales, pero su zurdazo terminó en córner. Luego, una jugada similar generó un centro de Sosa y el gol de Di María. Vientre hinchado de Messi. De él nace el fútbol.