Foto: Rochi León.
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Redacción PERÚ21

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Avelina Villalobos,ObstetraAutro: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

Tiene 87 años, 65 de ellos dedicados a su oficio de obstetra. En este tiempo ha atendido nueve mil partos y, por eso, ha sido reconocida con un record Guiness. Entre los nacimientos que atendió está el de Alan García… aunque Avelina Villalobos, Jefa General de Obstetricia de las clínicas Maison de Santé, dice que nunca imaginó que aquel niño sería presidente… y aclara que tampoco es aprista.

Mientras muchos piensan en el retiro, usted tiene 65 años como obstetra…No dejo mi oficio, primero, por vocación; segundo, porque en mi trabajo (la clínica Maison de Santé) siempre me han tratado muy bien y nunca he tenido problemas con mis jefes. Además, siempre he sido muy responsable, nunca falté, nunca me enfermé. Esta es una profesión que exige sacrificios, sin horarios, sin feriados. La clínica es mi segunda casa, si me voy extrañaría mucho el lugar. Y aunque he pensado en la jubilación, aquí me dicen: "No se vaya, si se va se va a enfermar" (risas). Es que trabajar me hace bien.

¿Siempre quiso ser obstetra?A los 14 años ya lo tenía decidido. Recuerdo que en casa oía hablar de los bebés, de cómo había que traerlos al mundo, de cómo había que atenderlos.

Atendió su primer parto cuando tenía 22 años…Sí, pero no lo recuerdo muy bien, pues aún era alumna. Recuerdo, sí, que era asistente de una 'matrona de servicio'. Yo no he llevado muy bien la cuenta, pero dicen que he atendido unos nueve mil partos, aunque pueden ser 8,500 (risas). Pero no vaya a creer que me he 'mecanizado'. En este trabajo hay que ser muy profesional, pues muchos partos tienen sus particularidades. Recuerde, además, que en nuestras manos están dos vidas: la de la madre y la del bebé.

¿Es verdad que atendió el nacimiento de Alan García, el ex presidente?Eso dicen (ríe), pero quién iba a imaginar que aquel niño sería presidente. Recuerdo que la señora Anita Pérez (la madre de Alan) vino recomendada por el Dr. González del Riego. Sus contracciones fueron rápidas y, como el médico de doña Anita no llegaba, la atendí yo: el parto fue normal y el niño nació sano.

¿Y fue un niño robusto?Antes la mayoría de los niños nacía con su peso normal, entre los 3.2 y los 3.5 kg. Alan García estuvo en ese rango. Cuando un niño tiene más del peso promedio, el peligro no es tanto para él sino para la madre, pues el parto puede complicarse y, entonces, se tiene que recurrir a la cesárea.

Yo imaginaba que hoy los niños nacían más sanos, por el avance de la ciencia y por las mejoras en la salud y hasta en nuestra alimentación…Bueno, eso es verdad, pero más en las ciudades. En las zonas rurales esto no es así.

¿Cuánto ha cambiado el avance de la ciencia a su oficio?Mucho, pero eso no significa que hoy ser obstetra sea más fácil. Claro, hoy los nacimientos son más seguros, pues antes trabajábamos mucho con el tacto, con nuestros sentidos. Hoy, en cambio, tenemos monitores, ecografías, etcétera. Nuestro trabajo es más preciso.

Me han contado historias de mujeres que fueron madres en medio del campo, sin asistencia médica y que, después de tener a sus hijos, continuaban con sus actividades cotidianas…Eso es posible cuando el parto es normal. Sin embargo, recuerde que antes la mortalidad infantil era más alta. Por eso, para nosotros es una preocupación constante que en la zonas rurales no haya médicos, obstetras, enfermeras.

Mi abuela dice que hoy las mujeres son más 'haraganas', que optan rápido por la cesárea…A veces pasa, pues algunas mujeres quieren evitar el dolor. Y si hoy hay más cesáreas es porque tenemos más medios para detectar cómo será el parto, los peligros que corre el niño, la viabilidad del feto, entonces, muchas veces hay que optar por una cesárea y así evitar problemas en el niño o en la madre. ¿Se cobra menos por un parto natural que por una cesárea? Eso sí no lo sé (risas).

En términos profesionales, ¿qué tan lejos está una obstetra de un ginecólogo?No estamos muy lejos. Nuestros conocimientos sobre medicina son similares. Claro, ellos estudian siete años; nosotros, cinco. Pero tampoco quiero decir que yo sé más que un médico… ni por experiencia (ríe). Y mire, yo siempre me actualizo, asisto –claro, no a todos– a los congresos de mi especialidad.

Es un bonito oficio ser testigo del inicio de la vida…Lo es. Los padres, antes del parto, se sienten más alegres cuando saben que su hijo será varón, pero véalos usted cuando tienen a la mujercita en los brazos, se emocionan tanto que se ponen bobos, ya no saben qué hacer (ríe). También es verdad que las mayores emociones vienen con el primer hijo.

AUTOFICHA

- Tengo 87 años, 65 de ellos dedicados a mi carrera. Siempre me he sentido a gusto como obstetra. No me tocó atender nacimientos múltiples, a lo sumo mellizos.

- Tengo tres hijos y seis nietos. Atendí el nacimiento de cuatro de ellos. Uno pesó 5 kilos. Son experiencias felices, imposibles de contar.

- Yo nunca me he desfasado, estoy actualizada en mi profesión: cada vez que puedo asisto a congresos. Claro, no como ponente, porque a la docencia no me he dedicado.