Foto: Nancy Dueñas.
Foto: Nancy Dueñas.

Redacción PERÚ21

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Tatiana Astengo, ActrizAutor: Gonzalo Pajaresgpajares@peru21.com

Tatiana Astengo regresó al Perú y, gracias a Reina, su personaje en Al fondo hay sitio, volvió a conectarse con la gente. Antes de empezar la nueva temporada de la serie, esta noche regresa a la música junto con Ciudad Blues & Time Machine. Dónde: Sargento Pimienta (Bolognesi 757, Barranco).

No te gusta la Lima cucufata…No es Lima, es el país. Estamos llenos de gente –hombres y mujeres– de doble moral. Siempre he sido desobediente; no he seguido los cánones y las reglas de la sociedad peruana. Cuando regresas luego de vivir fuera, notas con más claridad estas cosas.

Regresaste al Perú y te encontraste con un personaje que impactó a la audiencia…Nunca pensé establecerme en España: me fui por un año y me quedé siete. Y regresé por varios motivos. Primero, ya no soportaba seguir compartiendo departamento. Segundo, la crisis europea está afectando la calidad de las producciones y cada vez hay menos espacio para los extranjeros. Los papeles que me daban eran de inmigrante, tonta, víctima y, sabes, llega un momento en que te agotas de estar encasillada.

Reina, tu personaje en Al fondo hay sitio, no es convencional…Irrumpe en una relación mala, que ya estaba destruida, donde hay una heroína –figura que me pone nerviosa y, espero, haya cada vez menos personas así–, una mujer que se estaba casando con un hombre sin quererlo, solo porque es el 'padre de sus hijos' (se refiere a 'Charito', el personaje que interpreta Mónica Sánchez).

Reina te gusta, ¿no?Claro. Ella es alguien que se hace la inocente, que crea incertidumbre; la gente no sabe nunca por dónde va, si es mala o es buena. Yo trato de humanizarla, por eso me gusta que saque roncha en un sector de nuestra sociedad cucufata. Reina, por ejemplo, está a gusto con su cuerpo. Ya quisiera yo estarlo.

Eres guapa…Pero siempre estoy diciendo: "Ay, me falta esto, me falta lo otro; esto no está bien, esto ya se está cayendo (risas)".

Te oí cantar en un concierto callejero a fines de los 80. Estabas gordita…(Risas). Es que comía mi salchipapón y mi choncholí en la calle, algo que ahora no puedo porque me muero (ríe). Me encanta la música. El 'Mono' Chaparro armó mi primera banda: La Cría. ¿Quería ser Janis? Nunca tanta droga (risas). Quería ser rockera, bluesera… aunque, honestamente, quería ser bajista. Yo me identifico, como persona y como actriz, con un bajo: la gente no nota su presencia pero, si no está, se siente su ausencia: es el corazón, es la base, pero no es el protagonista. Soy una buena actriz secundaria, la que sustenta el drama. Y también hago el bajo, soy una alcahueta (risas).

Luego estuviste en Candela, con Laly Goyzueta, Brenda Meléndez y Carla Robbiano…Hacíamos merengue. El otro día me encontré con Laly y le dije que deberíamos reactivar el grupo y presentarnos en discotecas gay, seríamos un éxito. Ah, para el gusto peruano, Laly tenía más bonitas piernas que yo.

¿Y quién cantaba mejor?La única que cantaba era yo (risas). Recuerdo que, por entonces, sacaron una nota que decía: "Laly Goyzueta, las piernas más lindas; Brenda Meléndez, los ojos esmeralda; Carla Robbiano, la piel gitana; Tatiana Astengo, la voz (risas)". Al lado de todas esas bellezas, yo era la talentosa (risas).

Eres una rockera…Soy feliz en el escenario. Yo soy una rockera de alma, de conversación. Gracias al rock, una nunca envejece: en vez de venderte cremas, te vendo rock'n'roll (ríe). La música es catarsis, te sana. Yo trabajo y vivo a través de ella.

¿Estás enamorada?Yo estoy enamorada siempre, empezando por haber sobrevivido a los rollos en los que solita me he metido.

¿Has sufrido mucho?Sí, porque soy rebeldona, compleja, nada fácil. Soy una sobreviviente del amor. Si alguien quiere algo tranquilo, que vaya a un convento, que no me busque. Pero tengo mi lado tranqui: cuando estoy con pareja me adapto.

¿Eres de affaires?Sí, totalmente. Estoy de acuerdo con los affaires pues te llenan de alegría. Cada uno que haga lo que le pidan el cuerpo, el alma y la cabeza. Basta de creer ya en el cuento de la Cenicienta, en el Príncipe Azul y en el amor para siempre. Las cosas tienen un inicio y un final: los affaires te enseñan esto.

En el Facebook te manifestaste cuando el Movadef intentó inscribirse como partido….Estaba indignada por lo que veía y me puse a escribir: fue un vómito, una catarsis. Quería que, aunque fuera, me leyeran cuatro jovencitos, aquellos que se han hecho mis fans por Al fondo hay sitio, y se dijesen: "Era verdad, vivimos una época de terror en la que perdimos todos".

AUTOFICHA

- Debuté como actriz en el Satchmo, junto con Carlos Álvarez. Desde entonces, ya deben de haber pasado unos veinte años. Puedo decir que experiencia tengo (risas).

- Efraín Aguilar es muy listo: esto lo resume todo. Su experiencia le ha dado una gran visión y, como productor, ha llegado a una etapa de madurez.

- Yo me identifico, como persona y como actriz, con un bajo: la gente no nota su presencia pero, si no está, se siente su ausencia: es el corazón, no el protagonista.