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Redacción PERÚ21

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Alonso Segura,Al.Mercadoasegura@peru21.com

Con un decreto supremo, el Ministerio de Economía y Finanzas autorizó la disolución y liquidación del Banco de Materiales. En buena hora. El Banmat nació con el fin de otorgar materiales de construcción a población de bajos recursos. Como cualquier institución crediticia, para que fuera solvente y pudiera continuar dando créditos, debía ser capaz de recuperarlos, primero. Sin embargo, nunca tuvo realmente procesos rigurosos de calificación crediticia, y peor aún, fue una institución que sufrió repetidas interferencias políticas, como ha ocurrido en nuestra historia con varias instituciones financieras estatales. Sucesivos gobiernos otorgaron condonaciones masivas de deuda, y se presume también que se habrían cometido múltiples irregularidades, que están siendo investigadas. Este experimento fallido es un recordatorio más de los incentivos perversos que pueden surgir cuando se mezclan el apoyo social con herramientas de crédito, bajo la administración de funcionarios públicos. El resultado es la dilapidación de recursos escasos de todos los contribuyentes. Evitemos estos errores en el futuro. Que sigan las investigaciones, y que el Banmat, o iniciativas similares, no se repitan.