Por: Patricia Teullet, Al.Mercadopteullet@peru21.com
Humala no la tiene fácil: después de haber hecho una campaña sobre la base de la casi satanización de la minería, a cuatro meses de iniciado su mandato le toca recular y admitir que se puede tener minería y disponibilidad de agua para la población. Y podemos incluso ir más lejos: la minería responsable puede ser la forma de proteger las áreas naturales con una explotación responsable, con estándares internacionales de respeto al ambiente y a las normas laborales, con pago de impuestos y contribución a la comunidad. Una mirada a Tambogrande es suficiente para ilustrar el impacto de la explotación ilegal: daño al ambiente, inseguridad, incumplimiento de las leyes y contaminación del agua. El problema es: ¿cómo hacemos ahora para que se entienda? Más aún cuando parece que las 'mesas de diálogo' dejaron de funcionar.