Fritz Du Bois,La opinión del directorFinalmente hay una autoridad que está dispuesta a actuar para empezar a ordenar el parque automotor. En realidad, el que sigan circulando unidades de transporte público que llevan 30, 40 o más años de servicio es inconcebible ya que se está jugando con la vida de los pasajeros de modo temerario. Incluso, el límite de 22 años que han fijado es alto y, en el futuro, se debería ir ajustando.
Además, no es solo un tema de seguridad, sino que el tránsito también se ve afectado. Por ejemplo, Lima está llena de buses y combis que, aparte de contaminar la ciudad, se malogran constantemente, haciendo aún más tortuoso un tráfico que ya es lento y desordenado. Así que, a los sufridos limeños, el retiro de las unidades más antiguas les va a permitir respirar aliviados. Solo cabe esperar que a los encargados de implementar el cambio no les tiemble la mano cuando los propietarios de toda esa chatarra organicen bloqueos o marchas para intimidarlos.
Por otro lado, el segundo paso que debería tomar el Ministerio de Transportes es empezar a ordenar la circulación de los automóviles particulares introduciendo un sistema de revisiones técnicas que sea confiable, con cobertura a nivel nacional y que esté adecuadamente diseñado.
Al final de cuentas, en todo el mundo existen sistemas que revisan anualmente el estado de los autos, y los que no pasan son retirados. No hay motivo alguno para que en el Perú no pueda funcionar un esquema bien manejado y evitar que tanta 'carcocha' siga circulando.
Lamentablemente, el sistema de revisiones técnicas está desprestigiado por el ejercicio equivocado que llevó a cabo la Municipalidad de Lima al contratar a un solo concesionario, lo cual no ha dado ningún resultado. Pero no debe ser la excusa para quedarse de brazos cruzados y que los peruanos sigamos sufriendo tanto de la contaminación ambiental como del caótico tráfico causado por un parque automotor en tan mal estado.