Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com
En realidad, el día de ayer quedó confirmado el enorme error que ha cometido Humala nombrando a un canciller tan inadecuado. Así, los británicos han considerado como un 'acto poco amistoso' la metida de pata de Roncagliolo. Es el paso anterior al rompimiento de una relación en lenguaje diplomático.
Pero lo absurdo fue lo del Congreso. Después del escándalo que ha generado, solo a alguien sin criterio se le puede ocurrir maltratar a los parlamentarios. Incluso, la revuelta en el Pleno que obligó a la Mesa Directiva a exigirle que cambiara su 'recargada agenda' y se presentara al Parlamento es, sin duda, una victoria para la oposición, la cual está perdiendo el temor y se está soltando. Mientras que, después de tanto desatino, Roncagliolo se está quedando sin piso incluso dentro del oficialismo.
Más aún, es difícil encontrar otro canciller, en cualquier lado, que haya acumulado tanto desacierto en solo ocho meses en el cargo. La verdad es que no entendemos qué esperan para reemplazarlo.
Por otro lado, es clara la falta de voluntad de renuncia de su parte, así como la intención de tratar de colocarse antes de retirarse. No quiere ser un desempleado. Sin embargo, no deja de ser inaceptable la tendencia de este gobierno de recompensar el fracaso con costosos nombramientos en el exterior a los ministros que son despedidos por una pésima labor. Esos 'premios consuelo', totalmente injustificados, no son para nada baratos y los pagamos todos los peruanos.
En todo caso, felizmente ya sea por interpelación o porque le piden que renuncie al cargo, los días de este desastroso canciller estarían contados.