Durante años, las aplicaciones de citas han sido el recurso principal para aquellos que buscaban conocer a alguien en el Perú. Con la llegada de la pandemia, el auge de plataformas como Tinder y Bumble facilitó conexiones a distancia en un contexto donde el contacto físico se vio limitado. Sin embargo, en tiempos recientes, algo ha comenzado a cambiar. Cada vez más personas en el país están dejando atrás las pantallas para buscar conexiones más auténticas y personales, y lo están haciendo de una manera muy particular: a través de la "tendencia de la piña al revés".
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Este curioso fenómeno ha cobrado popularidad gracias a las redes sociales, particularmente TikTok, donde miles de usuarios han compartido experiencias y consejos sobre cómo encontrar pareja de una forma más tradicional y divertida: en el supermercado.
Lo que empezó en los pasillos de Mercadona, en España, ha llegado a los grandes establecimientos peruanos como Plaza Vea, Tottus y Metro, donde los jóvenes ahora hacen sus compras no solo con la lista en mano, sino también con la esperanza de tropezarse con su próxima relación romántica.
¿En qué consiste la tendencia?
El gesto clave es sencillo: aquellos que buscan una relación colocan una piña boca abajo en su carrito de compras entre las 7:00 y 8:00 p.m.. La piña, que de por sí ha sido un símbolo asociado a la hospitalidad, se ha convertido en un código silencioso que indica disponibilidad romántica. La lógica es similar a la de una señal discreta, visible solo para aquellos que están familiarizados con la tendencia. La interacción generalmente inicia con un encuentro fortuito —a menudo un choque accidental de carritos— que sirve de excusa para entablar una conversación.
@aunmiguel PIÑA EN SUPERMERCADO EN PERÚ 🍍 #piñaensupermercado #piñamercadona #tindermercadona #trenddelapiña #piñaalreves ♬ sonido original - Miguel Level
El escenario de estos encuentros tiene un aire cotidiano, pero con un toque casi cinematográfico. Los pasillos del supermercado, antes simplemente destinados a realizar las compras de la semana, ahora ofrecen la posibilidad de encontrar el amor, convirtiéndose en un espacio de interacción social renovada.
Un regreso a lo presencial
Lo que esta tendencia refleja es un cambio más profundo en la forma en que los peruanos perciben las citas y las conexiones humanas. Tras años de vivir a través de pantallas, la necesidad de encuentros cara a cara ha cobrado fuerza. Según varios testimonios compartidos en redes sociales, muchas personas se sienten frustradas por la superficialidad de las interacciones en las aplicaciones de citas, donde el enfoque está más en deslizar perfiles que en construir relaciones genuinas.
"Las aplicaciones son prácticas, pero no se comparan con la conexión real que surge cuando hablas con alguien en persona", comenta una usuaria de TikTok que ha probado la dinámica de la piña al revés en un supermercado de Lima. “Me encanta la espontaneidad de todo. Es mucho más divertido que estar pegada a mi celular”, añade.
@ximevasqs amigo si ves estooo, si ire a la cafetería 🫶🏻✨ #perú #lima #metro #mercadonatiktok #piña ♬ Che Che - Chimbala
El contraste con las aplicaciones de citas
No obstante, plataformas como Tinder y Bumble siguen manteniendo su relevancia en el mundo de las citas, sobre todo para aquellos que buscan la comodidad de conocer a alguien sin salir de casa. El "match" virtual aún tiene su encanto, especialmente para quienes prefieren un enfoque más controlado y gradual. Sin embargo, la piña al revés ofrece una alternativa atractiva para aquellos que están cansados de las interacciones digitales, proporcionando un enfoque presencial con un toque de novedad.
Este cambio en la manera de buscar relaciones refleja también una evolución en las expectativas de las personas sobre lo que significa una conexión genuina. Para algunos, deslizar hacia la derecha o la izquierda ya no resulta suficiente; buscan experiencias más significativas, que comiencen en el mundo real y no en una pantalla.
¿Un fenómeno pasajero o una nueva forma de conectar?
Está por verse si esta tendencia logrará mantenerse en el tiempo o si será eclipsada nuevamente por el atractivo de las aplicaciones digitales. Lo cierto es que, por ahora, la piña al revés está ofreciendo una alternativa refrescante y más personal para aquellos que desean escapar de la rutina digital. Mientras las filas de los supermercados siguen llenándose de carritos con piñas invertidas, una cosa está clara: los peruanos están revalorizando el arte de las citas cara a cara.
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