Redacción PERÚ21

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Algunos lo compraron porque no tenían los recursos para un o un ; otros porque pensaron que se trataba de las consolas originales. El es una es las tantas máquinas de videojuegos que salieron para imitar a los gigantes tecnológicos. 

El PolyStation tenía la apariencia de una PlayStation por fuera, porque parecía contener un lector de discos. Pero, al abrirla, había que colocarle un cartucho como en el Super Nintendo 64.

Aunque los gráficos no eran tan nítidos (para ese tiempo) como con las consolas oficiales, en el PolyStation se podían colocar la mayoría de los cartuchos originales de Nintendo.

Este tipo de productos se empezaron a llamar "famiclones", haciendo un juego de palabras con Famicom, el nombre con el que se conocía en China a la Nintendo Entertainment System (NES).

Pero, a pesar de que estas máquinas tenían un problema de ilegalidad, porque no está permitido diseñar consolas que tengan la misma apariencia que los patentados, en China se dio cabida a la PolyStation.

Un requisito para que el PolyStation se comercialice fue que tuviera acceso a países que no tuvieran un control rígido con los derechos de autor. De esa manera, llegó al Perú.

En las ferias, se exponía esta consola que tenía esloganes como "99 juegos en uno", "999 juegos en uno" o "999.999 juegos en uno". Bajo esta premisa, había un grupo de personas que solían llevárselo a casa.

Así sobrevivió al tiempo la PolyStation con el pasar de los años. Incluso salió al mercado las versiones 2, 3 y 4, como con el PlayStation y con arquitecturas bastante similares.