Desde niño, Elí Huamán Junco (33) siempre imaginó lo maravilloso que sería convivir con robots. Por eso estudió Electrónica, para crearse un compañero a su medida con poderes sobrenaturales. Así llegó a sus manos la saga de Star Wars y su mundo se transformó. Allí conoció el bien y el lado oscuro de un universo ficticio, pero que encandilaba en el cine a cualquiera con sus personajes.
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Uno de ellos, el más pequeño, llamó su atención por su osadía y devota amistad a ‘Luke’, su compañero de batallas en el espacio. ¿Adivinó quién es? Si alguna vez imaginó pelear con espadas láser y darle un abrazo al wookiee ‘Chewbacca’, seguro que sí. Se trata de la Unidad de Mantenimiento o droide astromecánico R2-D2. En cristiano, ‘Arturito’, el inseparable amigo del robot C3PO en La Guerra de las Galaxias. El fanatismo por el personaje llevó hace dos años a Elí a querer tener su propio R2-D2. Por ello, de un ‘Arturito’ de 6 centímetros, sacó un modo a escala de un metro y 10 centímetros de altura. «Fue un trabajo artesanal, el cuerpo es de madera con un foro de plástico, sus extremidades son de metal, tiene partes electrónicas y su propia programación», cuenta.
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Ahora, las aspiraciones tecnológicas de este también estudiante de Mecatrónica van más allá. Es que la prestigiosa comunidad de Facebook de Star Wars R2 Builders le ha cedido los planos para crear un ‘Arturito’ original. «Ellos vieron mi prototipo en mi página de Facebook R2-D2 Perú y se sorprendieron por mi habilidad. Por eso me enviaron los planos», sostiene Elí.
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Siempre futurista, el inventor dice que construir su nuevo ‘Arturito’ le demandará unos 4 meses. «Quiero que sea autónomo, que reconozca a las personas mediante un sensor de calor, que tenga visión artificial», acota Elí.
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