Marita Trinidad irige el Star Wars Fan Club Perú. (Luis Gonzales)
Marita Trinidad irige el Star Wars Fan Club Perú. (Luis Gonzales)

Redacción PERÚ21

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Cuando se estrenó , Marita Trinidad no había nacido. Cuando se puso en escena El imperio contraataca, recién daba sus primeros pasos. Cuando llegó a las salas El retorno del jedi, apenas comprendió la historia, pero la imagen de Darth Vader, las espadas láser y las naves se quedaron en su mente. Recién 16 años después, cuando se estrenó La amenaza fantasma, pudo ver en directo el universo Lucas, pero, para entonces, ya era una fanática de la mítica saga.

Hoy, Marita es la cabeza visible del Star Wars Fan Club Perú, la asociación de fanáticos de la saga cinematográfica más grande y organizada del país. Todo empezó en 2005, cuando 13 amigos devotos de Lucas y su mundo de ficción crearon un foro para hablar sobre la saga.

Pronto, el foro fue creciendo y hubo que, como en el universo jedi, organizarse, establecer cargos y responsabilidades: aunque hoy tiene alrededor de 1,500 socios –para tener tal honor hay que pagar una única cuota de 35 soles, que da derecho a un polo, un pin, un carnet de socio y beneficios adicionales en establecimientos afiliados–, el club es dirigido por un comité, similar al Consejo Jedi, integrado por ocho socios y ocho estamentos: Tesorería, Cosplay, Márketing y Relaciones Públicas, Redes Sociales, Actividades Benéficas, Expansión del Conocimiento (un experto del club recorre la ciudad exponiendo, en foros, talleres y seminarios, el universo de Star Wars) y Taller Jedi, donde un profesor de la U. del Pacífico, fanático de la saga, les habla a grandes y chicos del bien y del mal, y monta una pelea ficticia entre un jedi y Darth Vader, donde, evidentemente (y para pena de este escriba), el mal es derrotado.

"En el club conocí a mi esposo. Y puedo decir que los valores de la saga los he incorporado a mi vida cotidiana. Star Wars es una metáfora de lo que pasa en el mundo real, esa lucha constante entre el bien y el mal, y la opción por la libertad y el rechazo a todo totalitarismo", nos dice Marita en su departamento de Magdalena, un espacio donde la presencia de Star Wars se impone en la decoración, en los principios que rigen su vida y hasta en su familia: su esposo es otro fanático de la saga –se enamoraron mientras hablaban de Han Solo y la princesa Leia, del maestro Yoda y R2-D2–, y su hijo de cinco años pronto será un erudito del universo jedi.

Marita se reconoce 'friki', pero es capaz de criticar las debilidades como cineasta de Lucas. "Más que un cineasta, es un marketero", dice con toda la 'fuerza' de su carácter.

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