“Imaginémonos un campamento. Llega la medianoche. chicos y chicas de diferentes grupos entablan amistad, comparten historias, comida y algo de bebida. Las horas pasan, los tragos aumentan y más de uno empieza a sentirse más que alegre, quizá incluso algo mareados o desinhibir y dar pase al coqueteo, a los besos. Generando cierto descontrol, por ahí dos se animan a alejarse del grupo y entrar a una carpa para mayor privacidad, no tienen condón, por eso optan por frotamientos piel a piel sin penetración, para que no pase nada. Veinte días después, el resultado: embarazo positivo”.