Es posible vivir con , pero no todos los pacientes diagnosticados pueden hablar de una buena experiencia ¿Qué pasa cuando no puedes acceder a la información necesaria contra este virus? La falta de acciones de prevención y las barreras en la educación genera el rechazo al hablar de esta infección que va cobrando nuevos casos en Perú.

“Mi vida ha cambiado, pero no se ha detenido. Me siento mal cada cierto tiempo y llego a pensar que es el final, pero aún tengo sueños por cumplir. Además, el apoyo de mi madre es mi motor y motivo para seguir luchando”, reflexiona Fernando Murillo, quien desde hace siete años vive con VIH.

Las cifras son alarmantes. Entre enero y junio de 2018 se han reportado 2551 casos de VIH, de los cuales 2009 son en varones y 541 en mujeres, según el Ministerio de Salud. La falta de información adecuada y el estigma que hay, también, en los centros de salud agrava la situación.

El contagio del VIH se extiende principalmente en varones jóvenes de zonas urbanas de las grandes ciudad de la costa y selva del Perú. Loreto, Ucayali y La Libertad son las regiones que registran el mayor número de casos de infecciones.

Pero, ¿cuál es el principal problema para que aumenten las cantidad de infectados con VIH? “La población más afectada es la adolescente y joven porque no hay una educación sexual integral en las escuelas”, asegura Fernando Cisneros, vicepresidente de la Coordinadora Nacional Multisectorial en Salud (CONAMUSA). Es decir, los jóvenes no cuentan con la información adecuada para protegerse y prevenir enfermedades si deciden tener relaciones sexuales.

Al tener barreras para acceder a información necesaria, sobre su sexualidad, los jóvenes empiezan a tener reparos para recibir información. La “falta de accesos y la poca comunicación sobre la sexualidad, las posiciones conservadoras y las limitaciones para que se hable de enfoque de género, la educación sexual integral, hace que los adolescente y jóvenes no tengan información correcta”, apunta Cisneros.

Fernando recibió su diagnóstico de VIH cuando tenía 25 años. Había terminado con una larga relación que lo tuvo enamorado desde tercer año de secundaria y quiso “disfrutar al máximo” sus días de soltería. Durante unos meses tuvo una vida sexual activa, con diversas parejas ocasionales. El virus nunca avisa y cuando volvió a encontrar el amor decidió hacerse una prueba de Elisa para “empezar bien una relación” y descubrió que era portador. Ella decidió no continuar con Fernando y él lo entendió. La depresión llegó y ahí estuvo su madre para sostenerlo.

El VIH en las poblaciones clave y la discriminación

El VIH está concentrado en ciertas poblaciones. “Cuando estas poblaciones van a un centro de salud a buscar ayuda han demostrado que son víctimas de discriminación”, asegura Cisneros, y así dejan de acceder información, a exámenes para saber si son portadores del virus. Algunas personas que no conocen su diagnóstico y se contagian al tener relaciones sin protección.

Las personas de la poblaciones clave (gays, mujeres trans y los hombres que tiene sexo con otros hombres) tienen 33 veces más probabilidades de adquirir VIH que una persona de población en general, según el Ministerio de Salud.

Las cifras son resultado de la estigmatización y discriminación que sufren las personas de la comunidad LGTBI. “Cuando una compañera trans o un gay va a pedir un preservativo o un servicio a los establecimientos de salud es discriminado o estigmatizado”, dice César Grados, representante nacional de la comunidad gay ante la CONAMUSA (Coordinadora Nacional Multisectorial de Salud). Es así que, en estos casos, muchos de ellos a veces ya no van a los centros de salud para pedir estos servicios y cuando los piden – porque han superado estas barreras de estigma y discriminación– no hay, no hay preservativos, no hay pruebas rápidas, sostiene Grados.

La falta de educación y tratamiento es responsabilidad del Estado. "Hay retrasos en los envíos y no llega la usuario final. Hay desabastecimiento", reclama Grados, y no reciben tratamiento por estigma y discriminación.

No todo es desalentador. Julia Campos, representante de las ONG en la Coordinadora Nacional Multisectorial en Salud para Sida y Tuberculosis (CONAMUSA), asegura que toda persona que se realiza una prueba de VIH tiene una consejería presente. "Si los resultados salen reactivos, esta persona debe recibir consejería post test".

Campos asegura que el acompañamiento de una persona es para controlar si el paciente asiste al establecimiento de salud o continúe con el tratamiento. "Cuando se trabaja la consejería post test, trabajamos el apoyo emocional de personas que su resultado ha sido positivo", asegura.

La consejería post test ofrece apoyo en el tratamiento retroviral. "En el caso de la población están los CERIT, que son los centros de referencia de ITS -VIH, se han formado en el ministerio, pero aún hay aspectos por trabajar para mejorar el acceso a la educación", concluye la psicóloga Julia Campos. Sin duda, la vida no se acaba con el VIH. Hay muchas maneras de brindar una mejor atención para que esta condición no se convierta en una pesadilla.

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Para tener en cuenta:

  • El programa “Expansión de la Respuesta Nacional al VIH en Poblaciones Clave y Vulnerables de Ámbitos Urbanos y Amazónicos del Perú”, es una propuesta país que responde al Plan Estratégico Multisectorial de VIH- SIDA que inició su implementación en julio 2016 con el financiamiento del Fondo Mundial.
  • Esta propuesta país fue elaborado por la CONAMUSA, que es la coordinadora Nacional Multisectorial de Salud, para abordar el VIH/SIDA y tuberculosis.

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