Agua limpia para cuidar la salud. (Getty)
Agua limpia para cuidar la salud. (Getty)

Redacción PERÚ21

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En el Perú, millones de personas no cuentan con agua potable ni agua segura, sobre todo en las zonas rurales, donde la contaminación de ríos y fuentes de genera problemas de salud.

Una de las principales complicaciones por el mal manejo del agua es la diarrea que afecta sobre todo a los niños menores de cinco años y a los adultos mayores, pues rápidamente pueden deshidratarse y, en casos extremos, hasta morir.

Alan Quispe, jefe de residentes de Pediatría del Instituto Nacional de Salud del Niño, refirió que en los casos de una deshidratación leve y cuando la persona está estable y tranquila, la hidratación puede ser en casa con sales rehidratantes. No obstante, enfatizó que si hay una deshidratación mediana o severa, que se presenta con diarreas y vómitos constantes y el apetito disminuido, es mejor llevar al paciente rápido a un hospital.

Agua limpia para cuidar la salud. (Perú21)
Agua limpia para cuidar la salud. (Perú21)

El médico señaló que en el caso de los niños menores de tres años, la deshidratación severa se puede reconocer porque el pequeño llora sin lágrimas, tiene la boca o las mucosas resecas, su flujo urinario es menor y suele tener mucho sueño o ponerse irritable.

En el Perú, según el Ministerio de Salud, se han presentado en los primeros meses del año 302 mil episodios de diarrea en niños. La cifra es 9% superior a lo registrado en similar periodo de 2018. “Aunque ese aumento puede estar asociado al calor, se debe principalmente a que los peruanos hacen un mal manejo del agua”, advirtió Quispe, quien señaló que aún hay muchos peruanos que toman el agua directamente del grifo, pese a que esta no es adecuada para el consumo humano. En ese caso es necesario hervir el agua antes de tomarla.

Además, en las zonas más alejadas, por el difícil acceso al agua, las personas almacenan el líquido de forma inadecuada promoviendo la proliferación de insectos y las enfermedades transmitidas por ellos, como el dengue.

Quispe anotó que el agua también es un transmisor de enfermedades causadas por metales pesados, como el plomo y el arsénico, que en concentraciones elevadas puede ocasionar problemas en la formación de los niños y en su desarrollo neurológico. Por ello, recomendó el uso de agua segura.

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