En psicología social, se
entiende que la cohesión es esta “fuerza interna” que mantiene a un grupo unido.
En psicología social, se entiende que la cohesión es esta “fuerza interna” que mantiene a un grupo unido.

ALVARO VALDIVIA PAREJA

En la r, comenté la manera cómo la conformidad social está determinando, en mayor o menor medida, la forma cómo nos seguimos comportando socialmente durante esta época de pandemia, vimos cómo las normas, tan importantes de seguir en función a la regulación del comportamiento y la prevención del contagio, podrían también convertirse en una poderosa fuente se sanción social.

En ese contexto, es pertinente analizar qué es lo que hará que los grupos humanos se mantengan unidos y no haya quiebres difíciles de subsanar. En psicología social, se entiende que la cohesión es esta “fuerza interna” que mantiene a un grupo unido. Esto puede desarrollarse en función a muchos factores: afinidad, atracción, valores compartidos, etc. Así, es en los grupos humanos sólidamente establecidos en los que usualmente encontramos un espacio seguro de intimidad e integración social.

Pero, si todos somos posibles amenazas de contagio, ¿cómo haremos para que esto no influya en aquella fuerza interna que ha hecho que nos mantengamos conectados, comunicados y seguros? ¿Podemos seguir confiando en nuestro grupo de amigo/as, podemos tener certeza de que no nos van a contagiar o que realmente se preocupan por cuidarnos, y, por ello, aún podemos depositar nuestra confianza en ellos/ellas?

Evidentemente, no existe una respuesta estándar a esta pregunta, pues hay muchas variables o situaciones que hacen que cada interacción grupal sea distinta a las demás, por ello, es en el conocimiento de los/las miembros en donde podeos encontrar nuestra única fuente de información y de confianza. Por ello, quizá sea pertinente hacer un esfuerzo justamente en ello: tratar de no perder la confianza, pues, realmente, es lo único que tenemos después de las precauciones sanitarias que podamos tomar.

La socialización y la cohesión se nutren directamente en la confianza que tenemos hacia la otra persona, es justamente en dicha confianza en la que hallamos la posibilidad de permitirnos socializar como siempre lo hicimos. Dicho esto, es interesante analizar cómo el COVID – 19 es también una amenaza directa a la cohesión, a la confianza, y, hasta cierto punto, a la libertad de decidir también.

Podría servirte recordar que los vínculos que tenemos se formaron, en su gran mayoría, antes de la pandemia, y que las personas que conocemos siguen siendo las mismas sólo que, ahora, vivimos nuestro día a día con miedo: aquella emoción tan compleja que hace que queramos atacar, huir, o a veces congelarnos o someternos. Por ello, permítete diferenciar al virus de las personas, y, así, hagamos que nuestra fuerza interna grupal no se vea mermada por una situación que, aunque trágica, es momentánea.

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