Ante el envejecimiento de la población y el creciente número de personas con enfermedades crónico degenerativas, muchas veces la medicina se ve limitada y no puede curar. Sin embargo, lo que sí se puede es aliviar el sufrimiento del paciente. Precisamente para ello surgieron los cuidados paliativos, un modelo de atención en salud que permite mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades que amenazan la vida, como el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, las enfermedades neurológicas y del corazón, los males renales avanzados y otras que generan discapacidad y sufrimiento.
En el Perú se promulgó el año pasado una ley que creó el Plan Nacional de Cuidados Paliativos, la misma que está siendo reglamentada con el objetivo de implementar medidas públicas que permitan contar con profesionales capacitados en esta área y con unidades médicas interconectadas.
Claudia Agámez, médico especialista en cuidados paliativos de Colombia –que tiene 20 años de experiencia en el tema–, indicó que los cuidados paliativos incluyen la atención de todos los síntomas que generan molestias, como el dolor, la tos crónica, la dificultad para respirar, el estreñimiento severo, la sequedad en la boca, etc. Pero estos cuidados no están orientados solo a aliviar los síntomas físicos, sino también los emocionales, como la ansiedad, la depresión, la irritabilidad e, incluso, la crisis existencial de los pacientes durante su enfermedad. Además, los cuidados se hacen extensivos para apoyar a las familias y capacitarlas a fin de que puedan aprender cómo cuidar de sus enfermos.
“Aunque el modelo surgió para atender a pacientes terminales de cáncer, ahora se ha extendido a personas con enfermedades crónicas, pues se ha comprendido que los cuidados paliativos en forma temprana pueden mejorar la calidad de vida del paciente en el tratamiento, y prevenir las complicaciones que se puedan ir presentando en el proceso”, dijo Agámez.
La especialista acotó que la idea de estos cuidados es “no tener pacientes con enfermedades graves postrados en una cama, sino personas aliviadas y con el menor sufrimiento posible”.