Todos necesitamos recurrir a ayuda cuando estamos vulnerables. Psicólogo, psiquiatra, o coaches, el nombre ha variado pero el propósito siempre es igual: ayudarnos salir de nuestro debilitado estado mental. Pero es necesario saber cuando los consejos del terapeuta son genuinos o pueden caer en el campo de la “pseudociencia”, que no siempre da los mejores resultados.
Para obtener un buen psicólogo es necesario desde el principio separar la terapia cognitivo-conductual de pseudociencias como la hipnosis o el psicoanálisis. La terapia cognitivo, a diferencia de los otros “estudios” de la mente, ha tenido mayor resultados clínicamente probados. Siempre también es aconsejable ver si el psicólogo es diplomado; y averiguar sobre el centro de estudios de donde obtuvo su diploma.
También se debe tener en cuenta el nivel de confidencialidad que se debe tener entre el psicólogo y el paciente. Nunca debería estar hablando de los problemas del paciente con otra persona, aun si fueran familia del paciente. La confianza y el consentimiento son elementos claves en una buena relación con un psicólogo.
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También es necesario ignorar terapeutas que hablen de temas espirituales, o recurran al usar de fármacos. Por ley, los psicólogos no pueden recetar ningún tipo de medicina (eso recae en el trabajo del psiquiatra). Y los temas espirituales llegan a conectar los problemas diarios con ideas místicas que van más allá de lo estudiado y aprobado por la ciencia.
Con estos pequeños datos, el paciente podrá diferenciar entre el auténtico terapeuta y el falso.