La distimia no es más que una forma de depresión que tiende a pasar
desapercibida
La distimia no es más que una forma de depresión que tiende a pasar desapercibida

Hoy, deseo compartir con ustedes un concepto un tanto desconocido, pero que representa una problemática de muy común, y que afecta a millones de personas en el mundo entero, de manera silenciosa: la distima.

Pero, ¿qué es? En realidad, la distimia no es más que una forma de depresión que tiende a pasar desapercibida ya que los síntomas suelen ser bastante sutiles, a comparación con aquellos que se perciben en la depresión moderada o profunda. Es decir, la distimia acarrea también tristeza, cierta falta de energía, poco interés por hace actividades, escasa motivación, aburrimiento, etc. Sin embargo, la expresión de dichos síntoma suele expresarse con menor intensidad, y puede ser imperceptible incluso para la persona quien lo vive.

A diferencia de la depresión mayor, por ejemplo, en la cual se piden sólo dos semanas de sintomatología activa para realizar el diagnóstico, la distimia sólo se reconoce cuando han pasado un mínimo de dos años, lo cual implica algo distinto a la depresión mayor: la distimia se transforma en parte de un hábito, y, por ello, se confunde sutilmente con las actividades del día a día. La persona con distimia puede seguir trabajando, tener pareja y amigos, realizar múltiples actividades y, en general, llevar una vida bastante común, sin embargo, sabe que no se siente del todo contenta, que algo le falta, que no es feliz y que muchas veces siente aburrimiento crónico. El mayor problema, entonces, radica en el hecho de que no suele advertirse (pues no “limita” la vida), y por ello no suele tratarse en terapia con la regularidad que debería.

Muchas personas, incluso, llegan a sentir algo que podría llamarse “doble depresión”, es decir, vivir con distimia, y, en algún momento, desarrollar síntomas de depresión profunda por una temporada; esta depresión suele remitir, pero al hacerlo, nunca se llega al estado de ánimo promedio, sino que, en su lugar, se regresa a la distimia con la que ya se vivía antes.

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Esta problemática debe trabajarse en psicoterapia, ya que, al ser crónica y conformar un hábito, realmente es necesario poder acceder a tratamiento profesional para encontrar la manera de poder salir de ello. La medicación es también un buen aliado, pero se suele recomendar, en esta problemática específica, iniciar por la terapia psicológica, que podría, en muchos casos, ser suficiente.

No desestimemos esto, pues es un diagnóstico de salud mental que, incluso siendo “menos severo” que otros, puede desencadenare problemáticas más severas.

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