El psicólogo señaló que la conducta de los peruanos frente al sexo depende del rol que está viviendo. (USI)
El psicólogo señaló que la conducta de los peruanos frente al sexo depende del rol que está viviendo. (USI)

Redacción PERÚ21

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El video difundido en Facebook hace unos días en el que se observaba cómo un sujeto violaba a una chica completamente inconsciente en una discoteca de Lima ha causado la indignación de los peruanos, pero también sacó a relucir el peor lado de algunas personas que, pese al evidente abuso sexual, utilizaron las redes sociales para atacar a la víctima.

Conversamos sobre este tema y en torno al comportamiento de los peruanos frente al sexo con el psicólogo Roberto Lerner, quien anotó que en el Perú hay un grupo de gente atemorizada que siente que la sexualidad es una amenaza para retomar el control de la generación más joven.

¿Por qué el caso de una violación difundida en Facebook pudo alcanzar tanto realce entre la población?

-En general las redes sociales estimulan un cierto voyerismo y el chisme. La especie humana es una especia chismosa y los chismes, si uno los analiza independientemente de las redes sociales, generalmente tratan sobre quién hace qué, con quién, me gusta o no me gusta; y la dimensión sexual está presente en todos los chismes. Esto no solo ocurre en las redes sociales, las revistas y los diarios también alientan el saber quién le saca la vuelta al otro. Pero en general todos los días, ya sea en grupos de WhatsApp p o en colegios, vemos que se pone en evidencia a la gente y sus conductas sexuales, ya sea por selfies o al grabarse o grabar a otros. La sexualidad de hecho se acelera a través de las redes sociales, pero también otras cosas desagradables que tiene que ver con lo cochino y el morbo.

¿Cómo se puede explicar que en redes sociales haya gente que aplauda las violaciones?

-Es que las redes sociales polarizan. Casi cualquier cosa que pongas en la red sobre cuestiones básicas de la vida como nacimiento, muerte, sexualidad, alimentación, etc. siempre va a tener un grupo que va a convalidar el hecho y otro que lo va a atacar ferozmente. La polarización no solo se ve en temas sexuales, sino también en cuestiones políticas. Al final las posiciones más extremas son las que se hacen más virales. Cuando las ideas y las imágenes circulan muy rápidamente, generalmente son las más extremas las que llevan la delantera, por eso los videos de gente que se graba haciendo cosas extremas tienen gran éxito.

La ventaja (y el peligro) del anonimato

¿Entonces las posiciones que uno encuentra en la red no son representativas?

-No. Las personas con las actitudes más extremas son las que terminan viralizando sus ideas o su manera de hacer las cosas, pero no necesariamente son la mayoría de la sociedad. Eso se ha visto por ejemplo en las elecciones de Estados Unidos, donde todos los que compartían sus ideas en las redes sociales pensaban que no había manera de que gane Donald Trump, pero ganó. Al final, no todo lo que se comparte más por redes sociales o genera más aceptación representa la opinión de la gente.

¿Por qué comentarios tan perturbadores?

-Contribuye mucho el anonimato. En las redes sociales los dichos no cuestan ni tienen consecuencias. No es lo mismo decir algo por la red o cara a cara con otra persona. Por eso tienen tanto éxito los espacios de encuentro sexual, como Tinder y otras aplicaciones, donde el costo de ingreso y de salida es cero. Hay que tomar estos comentarios con precaución y entender que las redes sociales siempre son más ocurrentes e impactantes, pero no se debe confundir con las actitudes del conjunto de los peruanos.

¿Los peruanos tienen una doble moral al abordar los temas de sexo?

-No es que tengan una doble moral. Durante mucho tiempo en las sociedades tradicionales se ha visto la sexualidad masculina como agresiva y asertiva, y la femenina como pasiva y hasta masoquista. Eso ha llevado a que mucha gente vea el abuso de poder como algo inherente a la relación entre hombres y mujeres y eso está vigente aún en el Perú. Tanto los hombres en la posición se supremacía y dominancia como las mujeres en el otro extremo. Muchos hombres que aceptan haber forzado la sexualidad reconocen que tomaron demasiado, estuvieron 'calientes' y finalmente no pudieron detener el aparato hormonal masculino que ya estaba en marcha. Otra cosa que es muy común es que los hombres asuman que la sociedad va a tolerar esa conducta y que va a quedar impune.

¿Entonces aún somos una sociedad conservadora?

-Es muy difícil encasillarlos. A mi consultorio llega gente de diversos niveles socioeconómicos y lo que veo son chicos cada vez más liberales en su conducta sexual. Hoy en día los chicos se inician sexualmente entre los 12 y 13 años y ven el sexo o cuestiones como la homosexualidad de manera fresca y normal. Sin embargo, es diferente cuando hablas con los padres. Ellos tienen la sensación de que han perdido control sobre la generación más joven, y eso corresponde a la realidad. Es claro que ha habido un cambio en las relaciones de poder y es muy fácil que los padres atribuyan esa situación a personas extrañas al grupo, a la familia o a los chicos. Por eso, se habla de textos escolares, grupos políticos, agitadores, caviares o lo que fuere que están alejando a sus hijos. He visto que gente que era muy moderna y abierta en el momento que sienten que alguien ajeno puede hacer que su hijo sea gay o tenga otras ideas sexuales, inmediatamente reacciona con temor.

¿Modernos?

¿Hay mitos en torno al sexo en el Perú?

-Lo que hay en el Perú en este momento es un grupo importante de gente que está atemorizada, que quiere retomar el control de la generación más joven y siente que las redes y la sexualidad son una amenaza mayor porque por medio de ellas el descontrol es más peligroso. Eso no significa que todas estas personas sean fieles o religiosas, entre ellas también hay homosexuales, infieles o perversos. Mucha gente puede ser moderna en lo personal, tener una vida muy ordenada y no escandalizarse por lo que hacen otras personas con su vida sexual, pero cuando se trata de libros de texto o de que se hable a sus hijos de sexo en los colegios sí se asustan.

Cuando uno tiene hijos comienzan los miedos

¿Ha cambiado la forma en que los peruanos abordan el sexo?

-No. Eso no ha cambiado a lo largo del tiempo de manera significativa. En todo tiempo las personas han tenido muchas experiencias y experimentos, pero hasta un momento determinado de su vida. Cuando tienen un hijo y son responsables empiezan a tener miedo por todos los experimentos que este hijo pueda hacer, justamente porque él también los hizo o porque han visto a muchas personas que se acercaron al borde del abismo y terminaron cayendo. Cuando uno tiene hijos comienzan los miedos, y eso ocurre con más frecuencia entre los más liberales, aunque es bien difícil predecirlo. La conducta frente al sexo no solo es un tema generacional, sino que también depende de qué rol estás viviendo en este momento de tu vida. Ahora hay mucho miedo, sobretodo porque estamos en una época que es común ver tanto peligro.

¿En este escenario que rol cumple la educación sexual?

-Yo siempre he sido un escéptico respecto a ese tema. Para mí la educación sexual es parte de la crianza y de la relación de padres e hijos. No es un tema que se pueda aislar. En familia es donde las cosas se conversan y no solo de sexo, sino también de política y de otros temas. Es parte de un proceso natural y que no depende tanto del colegio.

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