“Cada quien encuentra su propia canción que le genera emoción hasta el punto del escalofrío (orgasmos de piel)”, dice la psicóloga Psyche Loui. (Getty)
“Cada quien encuentra su propia canción que le genera emoción hasta el punto del escalofrío (orgasmos de piel)”, dice la psicóloga Psyche Loui. (Getty)

Redacción PERÚ21

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¿Has sentido que la piel se te pone 'chinita'? ¿Has experimentado un escalofrío placentero que te recorre el cuerpo o quizás mariposas en el estómago y el corazón acelerado tras escuchar una melodía o tu canción favorita? A este conjunto de sensaciones, que en algunas personas puede suceder con mucha fuerza y llegar a la excitación sexual, se le conoce como de la piel.

Psyche Loui, profesora de Psicología, Neurociencia y Comportamiento de la Universidad de Wesleyan, en Connecticut, Estados Unidos, reveló a la BBC que tuvo este tipo de sensaciones en el tercer año de la universidad al escuchar su tema favorito: el concierto de piano número 2 del compositor ruso Sergei Rachmaninov.

Años después, profesora de psicología junto a su alumno Luke Harrison han analizado las evidencias y teorías para explicar este fenómeno.

En 1991 un grupo de músicos fueron sometidos a un estudio y descubrieron que la mitad de ellos experimentaron temblores, rubor y sudoración, incluso excitación sexual, al escuchar su pieza favorita.

Los científicos crees que los cambios repentinos en la armonía, los saltos dinámicos y las apoyaduras melódicas (notas disonantes que chocan con la melodía principal) son al parecer los que provocan las reacciones más poderosas, apunta la BBC.

Psyche Loui explica que cuando la composición de una melodía está en el límite de lo familiar y lo desconocido, es entonces cuando existen más posibilidades de que se produzca el fenómeno, al que ella llama "escalofrío" (orgasmo de piel).

Las drogas y el sexo producen la misma reacción que nuestras melodías favoritas, esto podría explicar por qué resultan tan adictivas los temas musicales que nos producen estas reacciones, añade la especialista.

Tras conocer la canción las sensaciones se pueden volver más intensas. La persona se condiciona para sentir escalofrío al escuchar la melodía. A esto, se le agrega la empatía, al tratar de entender qué sintió el compositor al componer la canción, y la capacidad de las canciones de evocarnos recuerdos.

Loui señala que con todo esto se construye un cóctel emocional embriagador con un sabor personal porque "nuestras propias experiencias autobiográficas interactúan con la música y es por eso que cada quien encuentra su propia canción que le genera emoción hasta el punto del escalofrío (orgasmos de piel)".

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