Ya son varias las empresas han apostado por la moda ética. (USI)
Ya son varias las empresas han apostado por la moda ética. (USI)

Redacción PERÚ21

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Una tendencia actual en el terreno de la moda consiste en prestar atención a lo que hay detrás de cada producto. Es decir, preguntarse cosas como: ¿Dónde se hizo la prenda? ¿Quién la hizo? ¿Qué tipo de materiales se empleó? ¿Aporta algún beneficio social? Es importante saberlo porque, por ejemplo, importar una prenda implica un mayor uso de recursos. Asimismo, hay una gran diferencia entre los insumos obtenidos sin pensar en el impacto ambiental y aquellos insumos orgánicos o reciclados. Tampoco es lo mismo que la prenda haya sido fabricada por obreros explotados que por trabajadores bien remunerados y contentos. Todo el proceso debe ser un comercio justo para la naturaleza y para las personas involucradas.

CRUZADA GLOBAL, junto con el Instituto Francés de la Moda y con la revista Ever Manifesto, lanzó hace unos meses el Concurso de Diseño Sostenible. La ganadora fue Laura Popoviciu, quien diseñó un bolso de mano hecho con algodón reciclado y bambú. "Requiere mínimo corte y construcción, así que se reduce el consumo de electricidad en las fábricas", detalló Ever Manifesto.

Asimismo, en el último se presentó la primera colección de Maiyet, firma que trabaja con artesanos de países como Colombia, India o Kenia, en condiciones que fomentan el desarrollo sostenible. Estas y otras iniciativas demuestran que existe un interés real por este tipo de moda. Ojalá que no sea pasajera.