Por: Pierina Grados, veterinaria de Pet Center
A propósito de la muerte de Grumpy Cat, la gata más famosa de Internet, tras sufrir una infección urinaria, te queremos contar sobre esta enfermedad, que muchas veces puede ser muy silenciosa.
Lamentablemente, para que los síntomas de esta enfermedad sean visibles, la funcionalidad renal de nuestro gato debe estar afectada en un 50%.
Es muy importante tener un diagnóstico temprano y así poder prevenir episodios fuertes o descompensaciones inesperadas.
ATENCIÓN, DUEÑAS Y DUEÑOS
Si somos responsables y puntuales con los controles sanguíneos de nuestros gatos, podemos prevenir y conocer un diagnóstico temprano de posibles enfermedades. En la etapa de cachorros o jóvenes debemos realizarlos una vez al año. Si hallamos alguna alteración, es importante reprogramarlo de acuerdo a lo que el médico veterinario nos sugiera.
En la etapa adulta o geriátrica, los controles deberían realizarse con un intervalo de 6 meses como máximo, especialmente en un paciente con valores en rango.
Nosotros podemos sospechar que nuestro pequeño o pequeña está mal cuando deja de acicalarse o tiene el pelo más opaco y graso. Muchas veces comen menos, beben más agua de lo normal, orinan más y, eventualmente, fuera de su arenero. Se tornan además más quietos y no activos.
Los pacientes renales no tienen cura definitiva, pero los síntomas pueden controlarse.
Es importante no perder de vista estas recomendaciones:
- Nuestros gatos deben comer un alimento específico, siempre teniendo en cuenta el daño renal que presenta.
- En algunos casos, los pacientes no aceptan el alimento medicado para daño renal, en estas situaciones se formula una dieta para que el paciente renal nunca deje de comer.
- Una vez diagnosticada la enfermedad renal en nuestros gatos, debemos mantenernos alertas en todo. Recuerda que vamos a ser los ojos y oídos de su médico veterinario de cabecera y así brindarle información y actuar rápidamente ante una posible crisis que se avecine a presentar.
Vida de Grumpy Cat.