Maestros Innovadores.
Maestros Innovadores.

En el , te invita a conocer la historia de cinco docentes que – con creatividad, innovación y pasión- promovieron nuevas metodologías de en diferentes instituciones públicas del país. Se trata de Maestros que Dejan Huella en sus comunidades y estudiantes por su entrega y coraje.

Desde 2007, busca a través del concurso “Maestro que deja Huella”, reconocer, realzar, difundir y premiar la trascendental labor educativa que realizan los maestros del sector público a nivel nacional, quienes, con esfuerzo y vocación mejoran la calidad educativa de nuestro país.

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Jhony Tocas. Varios maestros llevaron a cabo distintos emprendimientos para innovar la educación de sus alumnos.
Jhony Tocas. Varios maestros llevaron a cabo distintos emprendimientos para innovar la educación de sus alumnos.

A lo largo de 14 años del concurso, “Maestro que Deja Huella” ha reconocido a 346 finalistas regionales, 14 ganadores nacionales y a una directora, beneficiando con los premios a más de 14 mil niños de los 14 colegios ganadores. Algunos de los maestros que innovaron en la , dejando una huella positiva en sus alumnos y la comunidad son:

  • Jhony Tocas, maestro de la institución educativa Ricardo Palma del poblado Quengo Rio, distrito de Bambamarca en Cajamarca: enseñó a sus estudiantes estrategias de emprendimiento para poder autofinanciar su educación profesional. Con su iniciativa “Somos protagonistas de nuestro futuro” consiguió que la falta de recursos económicos no sea un obstáculo para estudiar una carrera técnica. Esta iniciativa ha logrado como resultado que el 60% de sus alumnos continúe sus estudios y cinco de ellos, hayan iniciado sus emprendimientos propios.
  • Jessica Gómez, directora del Centro de Educación Básica Especial Maria Auxiliadora en el distrito de San Borja en Lima: implementó equipos, materiales, mobiliarios y gestionó alianzas para dictar talleres a las aulas inicial y primaria para asegurar la inclusión laboral y social de los estudiantes con discapacidad severa y multicapacidad. De esta forma, ofrece una educación de calidad a sus alumnos desde los 3 hasta los 20 años de edad, desarrollando sus capacidades y habilidades productivas de acuerdo a sus necesidades e intereses, para permitir su inserción laboral.
  • Melissa Mendieta, profesora de la institución educativa Colegio de Alto Rendimiento (COAR Loreto) en el distrito de San Juan Bautista en la región Loreto: a través de su iniciativa “Anímate a Leer” buscó y logró mejorar la comprensión lectora en sus alumnos de secundaria a través de una saga de novelas juveniles que ella misma escribió acorde a a la realidad de la región. Estas novelas tienen como personajes protagonistas a adolescentes que viven las mismas problemáticas que sus alumnos, logrando motivarlos para iniciarse en el mundo de la lectura y así crear ese hábito. Tal ha sido el éxito de sus libros que los ha presentado en diversas ferias de libro regionales y son leídos por alumnos de distintos colegios a nivel nacional.
  • Alindor Bazán, maestro de la institución educativa San Vicente de Paul en el centro poblado menor de Otuzco en Cajamarca: implementó su “Modelo Educativo META”, proyecto de buenas prácticas pedagógicas que fomentó la autonomía y mejoró los resultados de aprendizaje en los estudiantes, integrando a todos los miembros de la comunidad, fortaleciendo las capacidades de los docentes y el vínculo de los padres de familia con el colegio. Con este modelo de enseñanza se mejoraron las capacidades comunicativas e investigaciones de los alumnos, quienes además aprendieron el uso de equipos informáticos e iniciaron varios proyectos de emprendimiento.
  • Miriam Cabezas, profesora de escuela multigrado en Andahuaylas, Apurímac: a través de su proyecto “Nawinchasum” (Vamos a leer en quechua) fomentó la lectura y escritura de sus alumnos en su lengua materna para revalorar el idioma originario para una íntegra educación intercultural. Para ello realizó varias actividades como campamentos de lectura y una biblioteca andante, que fortaleció las competencias comunicativas en la lengua materna de los niños. Y con los resultados, trabajó un cuaderno de trabajo, un libro de lectoescritura que contiene letras, vocabulario, el abecedario en quechua y el sonido de las letras.

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Roberto Chiabra