Alessandra Tenorio, Rocío Silva Santisteban y Karina Valcárcel. (Foto: Davis Valdez/ El Comercio/ Facebook Karina Valcárcel)
Alessandra Tenorio, Rocío Silva Santisteban y Karina Valcárcel. (Foto: Davis Valdez/ El Comercio/ Facebook Karina Valcárcel)

A propósito del , tres poetas nos hablan de sus versos favoritos inspirados en la figura materna. Rocío Silva Santisteban, Alessandra Tenorio y Karina Valcárcel coinciden en que el clásico poema de Carlos Oquendo Amat, ‘Madre’, es uno de los mejores.

Roció Silva Santisteban
“Tengo varios poemas de escritores sobre la maternidad que me gustan: el clásico de Oquendo de Amat, es uno; otro es el poema 'Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos/ pura yema infantil, innumerable, madre...' de Vallejo.... los poemas a su madre de José Watanabe "Tú, señora, eras el miedo..." y por supuesto también Casa de Cuervos de Blanca Varela, que es más bien una reflexión sobre la culpa de la maternidad, de 'lanzar al mundo' al hijo”.

Alessandra Tenorio
“El poema 'Madre', de Oquendo de Amat me parece fabuloso por las imágenes vanguardistas que utiliza. El hecho de que la nostalgia se transforme en un recuerdo blanco, puro, en un 'recreo de niños', que solo puede contemplar la añoranza de la madre desde lejos, me emociona. El poema 'Caricia' de Gabriela Mistral es otro que me agrada”.

Karina Valcárcel
“En el poema ‘Madre’, tenemos la mirada del hijo. Uno de los más populares, desde esa perspectiva, una delicada oda en la que el poeta rememora a su progenitora y la coloca en la cúspide de sus pensamientos y valores".

"En el poema de Blanca Varela ‘Casa de Cuervos’, ella comparte una perspectiva más real y, de cierto modo, nostálgica sobre la maternidad. Es un reconocimiento frente al hijo que se va; también, la expresión de su amor por él como una experiencia tierna y dolorosa a la vez. Me gusta porque expresa fielmente esa sensación de vernos reflejadas en nuestra descendencia, a la vez que conscientes sobre las limitaciones", agregó Valcárcel. 

El poema completo Madre de Carlos Oquendo de Amat.

Tu nombre viene lento como las músicas humildes
y de tus manos vuelan palomas blancas

mi recuerdo te viste siempre de blanco
como un recreo de niños que los hombres miran desde
aquí distante

un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura
a tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso

entre ti y el horizonte
mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos
porque ante ti callan las rosas y la canción.

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