(Getty/Referencial)
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Redacción PERÚ21

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Bertha Experta en Casa, la agencia de empleos para , nos da 5 señales para saber si la relación con nuestra empleada debe terminar.

Todos podemos detectar a “trabajadoras del hogar difíciles de llevar”: tienen un bajo rendimiento, desinterés y mal carácter. Sin embargo, por más extraño que parezca, no son estas personas las que causan los problemas reales.

Los verdaderos problemas son causados por las trabajadoras que fingen estar haciendo un buen trabajo, pero mientras tanto destruyen la reputación de sus empleadores, comenta Jorge Wankun, CEO de

Usted puede despedir o aceptar una renuncia de su trabajadora, con previo aviso, si identifica las siguientes señales:

1) Le gustan los chismes. Los chismes son parte de la cultura de un empleo. Todos, en algún momento, lo hicimos. Las empleadas del hogar no son ajenas a esto, el problema está cuando crean una cultura del chisme, que no solo provoca ineficiencia, sino que afecta la reputación de los empleadores ante invitados, amigos e inclusive vecinos. Una buena empleada es prudente y no habla de los problemas personales de sus empleadores.

2) “Ese no es mi trabajo”. Cualquier tarea que se le pida a una empleada, siempre que no sea inmoral o ilegal, es una tarea que la empleada debería estar dispuesta a hacer, incluso si no está dentro de sus funciones rutinarias. Decir “no es mi trabajo” es decir “solo me preocupo por mí”. Las grandes trabajadoras no culpan a sus empleadores por tareas adicionales, ellas notan los problemas y los resuelven sin que se les exija hacerlo.

3) Piensan que ya hicieron demasiado por usted. Una empleada hizo grandes cosas el mes pasado, la semana pasada o incluso ayer. Usted está agradecido. Aun así, hoy es un nuevo día. La única medida real del valor de cualquier empleada es la contribución que realiza diariamente. Decir “Señora yo ya hice de más” es como decir “Ya no me quiero seguir esforzando”.

4) Creen que la experiencia es suficiente. La experiencia es definitivamente importante, pero la experiencia no se traduce en mejores habilidades o mejor desempeño. Decir “Tengo más experiencia” es como decir “No quiero demostrarle mis habilidades porque ya se las mostré a mis antiguos empleadores”. No olvidemos que cada empleador es diferente y las valuaciones cambian de acuerdo a cada persona. El empleador tiene derecho a exigir que la empleada demuestre sus habilidades, para eso le contrató.

5) Hostilizan a las demás trabajadoras. La nueva empleada trabaja duro. Ella trabaja largas horas. Está superando las expectativas. Y ella finalmente oye, de una empleada antigua: “está trabajando demasiado duro y haciendo que el resto de nosotras nos veamos mal”. Los malos empleados no quieren hacer más y quieren que otros hagan menos. Decir “estás trabajando demasiado duro” es como decir “Nadie debería trabajar duro, porque yo no quiero trabajar así”. Finalmente, la nueva empleada renunciará y culpará al empleador por no resolver el problema. No deben dejarse pasar por alto todas estas señales, todo empleado necesita entrenamiento y una forma de ayudarles es corrigiendo malas actitudes. Pero si el problema persiste, lo más saludable es finalizar el vínculo laboral.

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